Castigado por su amor romance Capítulo 2259

"Si vienen a buscarme de nuevo y se comportan como unos lunáticos en el hospital, entonces lo que les espera es toda una vida en prisión. Señor Payne, por favor, quítese de mi camino. Si no lo haces, llamaré a la policía".

Vireo estaba muy tranquilo cuando dijo eso. Ya no sentía nada por la familia Payne. Ya era lo suficientemente bueno que no los resintiera. Al ver que Lucius no se levantaba, Vireo no tuvo más remedio que llamar a la policía. A los pocos minutos, llegaron la policía. Detuvieron a la fuerza a Lucius y su esposa y dieron paso a Vireo.

"Señor y señora, conténtense con lo que tienen. Hemos estado trabajando durante décadas, y esta es la primera vez que vemos a una persona que fue secuestrada dejar libres a las personas que lo habían secuestrado. Dense prisa y váyanse. Si causan problemas aquí, entonces lo siento, ¡tendrán que volver a prisión!".

Mientras el policía hablaba, el coche de Vireo también arrancó lentamente. Cuando salió lentamente, todavía se podía escuchar a Lucius gritando entre lágrimas detrás de él: "Vireo, ya no tenemos salida. ¡Si no nos ayudas, estaremos jodidos! Vireo, sabemos que estamos mal. ¿Podrías echarnos una mano…?".

Vireo, quien estaba en el coche, solo dijo una palabra suavemente: "No".

Él no era la persona que los había acorralado en un callejón sin salida. Había mucha gente en este mundo que se llevaba a sí misma a su perdición debido a las apuestas y su codicia insaciable. ¿Debería Vireo pagar la factura de todos ellos?

El coche salió de la entrada, se dirigió a la carretera principal y aceleró. Él estaba lleno de sentimientos encontrados y no se sentía muy bien. Después de todo, estaba cortando una relación. Sin embargo, también se sintió relajado. Era como si finalmente le hubieran cortado un tumor maligno en su cuerpo. En el futuro, estaría viviendo su nueva vida. Tenía a alguien a quien amaba, y tendría un montón de hijos con la persona a la que amaba. Además, tenía a su madre con él, y la acompañaría por el resto de su vida.

Mientras Vireo conducía, comenzó a imaginar una escena como esa. Tres o cinco niños corrían en un pequeño y animado patio. Su anciana abuela estaba sentada en una silla de jardín mirando todo mientras sonreía. Isadora y él estaban ocupados en la cocina. ¡Qué hermosa escena era esa!