Castigado por su amor romance Capítulo 2419

Él no tuvo más opción que ser paciente y escucharla. Estaría bien con tal de que ella esté dispuesta a decirle dónde estaba Helena.

La expresión de Belinda cambió de una mueca de dolor a una de profunda miseria. “Cuando crecí, mi familia y mi padre ni siquiera podían proveerme suficiente dinero para vivir. Sin embargo, ¡la familia Kelley todavía quería seguir con las apariencias! ¿Que en esta gran familia podría usarse para seguir con las apariencias?”.

“Una vez vi a mi maldito padre pidiéndole a mi madre que sedujera a un pez gordo que le sería útil. Mi madre no estaba dispuesta a hacerlo. Dijo que el pez gordo era viejo, se estaba quedando calvo y tenía una gran barriga. A él se le había caído tanto el pelo que no le quedaban muchos en la cabeza. ¡Ella simplemente no iría! Sin embargo, ¿qué dijo mi padre? Él dijo: ‘¡Fuiste una perra que yo compré de ese tipo de lugar, para empezar! ¡Solo te pido que vuelvas a trabajar en tu trabajo anterior! ¿Por qué finges ser toda noble y virtuosa? ¡Si no te vas, deja que tu hija vaya!’ Sin elección, mi madre fue a acompañar a ese hombre esa noche”.

Ella continuó: “Esa noche, seguí esperando que mi madre regresara. Estaba pensando que si llegaba a casa llorando, la consolaría. Quería llevarla conmigo y salir corriendo. Sin embargo, después de que llegó a casa, me golpeó violentamente. Ella me dijo que si no hubiera estado embarazada de mí en ese entonces, no se habría casado con un miembro de la familia Kelley. Dijo que vivía con gran libertad en el pasado. Yo fui quien la había agobiado. ¡Ella me pateó con sus tacones y me pidió que me fuera a la mierda! ¡Cuanto más lejos, mejor! Esa noche, fui a la casa de la compañera de clase con la que era más cercana. Ella también era de una familia noble adinerada. Sin embargo, cuando escuchó que quería llevar a mi madre conmigo para escaparnos, y una vez que escuchó que en realidad ni siquiera tenía suficiente dinero para mis gastos de manutención, esa compañera de clase me echó de inmediato. Ella no quería pasar el rato con gente pobre. Esa noche, no solo fui golpeada violentamente por mi madre, sino que incluso mi compañera de clase me echó. Desde ese entonces, supe que si dejaba a la familia Kelley, ya no sería una señorita de una familia rica. Incluso puede que sea peor que un criminal en la calle. Si me quedaba con la familia Kelley, también estaría viviendo como una mendiga, pero podría tener la reputación de ser de una familia noble rica. A partir de entonces, aprendí a pararme sobre mis propios pies. Solo tenía dieciséis años entonces. Vincent, ¿no crees que soy muy sobresaliente?”.

“¿Terminaste?”, preguntó Vincent.

“Mmm”. Belinda asintió.

“¿Puedes dejarme ver a Helena?”, preguntó Vincent.

“Puedo dejar que escuches su voz”, dijo Belinda.