Castigado por su amor romance Capítulo 250

Sabrina se quedó sin palabras.

Por supuesto, ella sabía a qué se refería con “enseñarle”.

Uso ambas manos para empujar a Sebastian en un intento de liberarse.

No podía dejar que él supiera que, aunque la había capturado y la había hecho esconderse por todas partes durante años, en el fondo, todavía anhelaba su presencia y su abrazo. Una mujer sin carácter como ella realmente se merecía tal insulto.

“¡No!”. Lo empujó tan fuerte como pudo.

“¿No?”. El hombre se burló. “Hace un momento, tenías prisa y pediste estar con un hombre. Entonces, ¿por qué no quieres ahora? ¿Intentas hacerte la difícil otra vez?”.

Las mejillas de Sabrina se sonrojaron por las palabras de Sebastian.

Se sentía muy agraviada mientras decía incoherentemente: “¡¿Yo tenía prisa?! ¿No fue porque me pediste que te devolviera diez millones de dólares lo antes posible? Te debo diez millones, mi hija está en tus manos, ¿que debo hacer?”, sollozó Sabrina.

¿Él intentaba presionarla hasta la muerte?

“¡Lo que debes hacer lo sabes muy bien en tu corazón!”, dijo el hombre mientras apretaba los dientes.

Sabrina se secó las lágrimas. “Pero estamos en tu oficina. Es un lugar público. ¿No lo has pensado?”.

Él no lo había pensado, pero ella no era tan descarada hasta ese punto.

Sabrina se dio la vuelta y pudo ver una gran ventana frente a ella. El exterior de la ventana mostraba la oficina del personal en el gran pasillo.

A través de la ventana, se podía ver todo el panorama de la gran oficina de afuera.

Fuera de la oficina de Sebastian, había una larga fila de cincuenta a sesenta personas, que eran todo el equipo de secretaría, el equipo de asistentes y el equipo administrativo diario. Sebastian podía ver cómo todos trabajaban mientras se sentaba en su oficina.

Al mirar esa gran ventana y la gente ocupada que trabajaba allí, Sabrina estaba tan asustada que no podía ni siquiera soltar un grito. Solo pudo suplicarle con tristeza a Sebastian. “Sebastian, aunque no te importara mi reputación, te tiene que importar tu imagen como director, ¿no?”.

“¿Qué clase de imagen dejarías para tu personal si hicieras esto en la oficina?”.

Luego, preguntó con voz grave a la persona que estaba afuera de la oficina: “¿Qué pasa?”.

“Director, hay un acuerdo que necesita su firma”, respondió una secretaria detrás de la puerta.

“Espere un momento”, dijo Sebastian en tono tranquilo.

“Sí, Director”. La secretaria esperó pacientemente fuera de la oficina, pero también le parecía extraño ya que el Director siempre la dejaba pasar inmediatamente cuando llamaba a la puerta.

Después de todo, se trataba de asuntos de negocio, y el director nunca había sido descuidado con su trabajo.

¿Por qué la dejó afuera esperando esta vez?

El director estaba actuando realmente de forma extraña.

Después de unos minutos, la secretaria escuchó al director decir con una voz ronca y profunda: “Adelante”.