Castigado por su amor romance Capítulo 2746

Mila sonrió muy dulcemente. “Aunque me mataran a golpes, también estaría dispuesta”.

Marcus se quedó sin palabras.

Ruth estaba extremadamente enfadada. “Siempre he pensado que soy insensible, que soy bastante cabrona y que no tengo ningún límite en absoluto. En este momento me he dado cuenta de que mi horizonte finalmente se ha expandido. No es de extrañar que la gente de afuera nunca haya tenido una buena impresión de la industria del entretenimiento. Dicen que es muy sucia, que no tiene límites, y demás. ¡Resulta que una persona puede ser tan desvergonzada y sin límites hasta este punto! Con tal de encontrar un apoyo financiero en su círculo social, ¿uno es capaz de hacer cualquier cosa? Mila, como mínimo, ¡eres una celebridad! ¿Sabes que le estás lamiendo la bota a alguien ahora mismo? ¡El hedor de tu boca se puede oler a kilómetros de distancia!”.

¡Ruth era en verdad una musaraña! Era realmente muy dura cuando regañaba a los demás. Sin embargo, Mila también era muy desvergonzada. Ruth la había regañado así, pero aun así fue capaz de mirar a Ruth con una sonrisa. Era como si Ruth fuera la salvadora de su vida. ¡Ruth se sentía realmente derrotada por ella!

Miró a Marcus con expresión derrotada. “¡Marcus! Como mínimo, los padres de Yvonne te han querido mucho en el pasado y siempre te han tratado como a un hijo. ¿Puedes no hacer que se sientan molestos? ¿Puedes dejar que vivan un par de años más?”.

Marcus sonrió miserablemente mientras la miraba. “Ruth, tú y Yvonne tenían tan buena relación y además visitas a sus padres muy a menudo. ¿Cómo no te vas a dar cuenta? Los padres de Yvonne siempre se han mostrado tan fuertes y tranquilos frente a nosotros todos estos años, pero ¿sabes lo miserables que se sentían por dentro? No tienes idea. Nunca antes habían desahogado su miseria y su dolor. Se ponían enfermos de tanto aguantarlo. ¿Lo sabías?”.

“¿Estás diciendo que...?”. Ruth miró a Mila. “¿Quieres dejar que esta perra sea el saco de boxeo del Señor y la Señora Yates por una vez para que se desahoguen?”.

Marcus dijo con calma y sin compasión: “¡Mila es la que se ha ofrecido como voluntaria! Quiero que mis suegros puedan desahogarse como es debido por una vez y también hacer que Mila se aleje. Después de todo, Mila...”.

Marcus todavía tenía conciencia y también un límite, después de todo. También era un hombre muy compasivo. Por mucho que Mila le disgustara, ella lo había rescatado, había cuidado de él y él le había roto dos costillas. Todo eso eran los hechos.

Mila lo tuvo muy difícil. Aparte de molestar sin descanso a Marcus, nunca había hecho ninguna otra mala jugada. Además, se había tomado muy en serio lo de actuar. Eso era algo que Marcus sabía. Por eso, en el fondo, seguía compadeciendo mucho a Mila. Sin embargo, le molestaba que Mila siguiera molestándolo. Tenía que darle una lección a Mila y hacerla desistir después de saber en qué se estaba metiendo. Sin embargo, no quería afectar la carrera de Mila.

Marcus no podía comportarse de forma tan cruel y despiadada y arruinar el futuro de una actriz novata que llevaba una vida tan difícil.

Al decir eso, Ruth levantó la pierna y quiso darle otra patada a Mila. Mila se asustó tanto que se abrazó la cabeza con ambas manos.

Ruth, sin embargo, fue detenida por Marcus. “Olvídalo, Ruth. Ya ella está bastante lastimada. No lo empeores. Aunque ella hubiera cometido un millón de errores, al fin y al cabo nos equivocamos por haberla pateado”.

Ruth fulminó a Mila con la mirada. “¡Estoy muy enojada con esta perra! No quiero volver a verla. ¡Me voy ahora mismo!”.

“Ruth, no le digas a mis suegros que Mila quiere ir a verlos”, dijo Marcus.

“¡Entiendo!”. Ruth y Marcus llegaron a un acuerdo mutuo al respecto.