Castigado por su amor romance Capítulo 354

Llegó la mañana del día siguiente.

Como hacía buen clima, un poco de luz solar logró colarse entre las cortinas, despertando a Sabrina.

Cuando se levantó, Sabrina se dio cuenta de que a su lado la cama estaba vacía. Supuso que Sebastian ya se había despertado, ya que era una persona muy puntual.

Sin embargo, ella todavía no podía levantarse. Decidió quedarse en la cama un poco más, ya que todavía estaba agotada por la noche anterior.

Después de divertirse mucho la noche anterior, Sabrina ni siquiera podía caminar erguida ahora. Las piernas le seguían temblando, e incluso tuvo que apoyarse en la pared para dar sus primeros pasos.

Cuando Sebastian salió del lavabo y la vio, notó que algo no iba bien. Inmediatamente le preguntó: “¿Qué te pasa?”.

La cara de Sabrina se puso repentinamente muy roja.

Hizo un puchero y contestó rápidamente: “¿Qué me pasa? ¡Tú deberías saber qué me pasa! ¿No recuerdas lo que hiciste anoche?”.

Sebastian no sabía cómo responder.

Cuando finalmente se calmó, Sabrina notó que le estaba haciendo un berrinche. ¡No era así como se suponía que los enemigos debían tratarse el uno al otro! Parecían más bien una pareja de recién casados en luna de miel, burlándose y haciéndose bromas dulcemente el uno al otro.

La cara de ella se puso aún más roja al pensar en esto.

Rápidamente apartó la mirada de Sebastian y se dirigió hacia el comedor mientras caminaba temblorosamente.

Mientras comían, ninguno de ellos dijo una palabra al otro.

Después del desayuno, cuando Sabrina estaba a punto de cambiarse de ropa, fue recibida por el dúo padre-hija con un aspecto serio fuera de su habitación.

“Mamá, ponte algo más bonito”, dijo Aino como una adulta.

Sabrina miró a su hija. “¿Por qué?”.

“Porque quiero presumir lo guapa que eres en el jardín de niños”.

De repente, Sabrina pensó en lo que había sucedido ayer al recoger a su hija en el jardín de niños.

Tal vez Aino se sentía avergonzada por la forma en que la madre de su amiga se había burlado de ella al ver su ropa anticuada.

En su lugar de trabajo, Sabrina sería definitivamente una dama de oficina seductora que podría atraer a quien quisiera.

Sebastian tuvo la sensación de que la gente podría empezar a pensar que era una joven adolescente que él había secuestrado si salían juntos.

Mientras mantenía sus ojos en ella, Sebastian no podía entender cómo Sabrina seguía pareciendo tan joven incluso después de vivir una vida tan dura durante los últimos seis años. En ese momento, parecía más bien una chica de dieciocho años.

Sus ojos eran tan ingenuos e inocentes, como un ciervo recién nacido.

Sin embargo, Sebastian pensó de repente en lo que había sucedido cuando Sabrina empezó a trabajar ayer. Sabía que Ryan la había halagado mucho cuando se conocieron.

Eso fue cuando Sabrina llevaba un traje pasado de moda.

“¡Cambio!”, dijo Sebastian de repente.

“¿Sí?”.

“¡El traje de ayer te quedaba mejor!”.