Castigado por su amor romance Capítulo 377

“¡Yo… prefiero morir!”, exclamó Ruth llorando y salió corriendo de la habitación.

Detrás de ella, Ryan llamó al departamento de seguridad. “No pierdan de vista a la payasa. Si quiere suicidarse, asegúrense de que no lo haga aquí”.

Los hombres de la familia Poole trataban a las mujeres que les desagradaban con un frío desprecio. A los ojos de Ryan, él nunca consideró a Ruth como una mujer. Mejor dicho, nunca la consideró humana.

“¡El espectáculo ha terminado!”. Ryan miró a la multitud.

“¡Sí, Amo Ryan!”, respondieron todos simultáneamente, saliendo de la sala uno a uno.

“Sabrina”. Ryan la llamó, pidiéndole que se quedara un rato. Justo en ese momento, sonó su teléfono, y contestó: “Hola, Tío Zach, ¿qué pasa?”.

Este Tío Zach que mencionó, era el primo de Zayn, Zach Smith.

Nadie supo lo que Zach dijo al otro lado del teléfono, pero Ryan contestó: “Muy bien, entiendo, estaré allí inmediatamente”.

Al terminar la llamada, quiso hablar con Sabrina, pero ella ya se había ido. Pensó en ir al departamento de diseño para buscarla, pero como tenía mucha prisa por terminar la tarea que le había asignado su tío, inmediatamente volvió a salir de la empresa.

Por otro lado, Sabrina había regresado al departamento de diseño.

En el momento en que terminó de hablar, Linda, que las observaba, le susurró al oído. “Directora, tiene que pensar bien esto. El Amo Ryan nunca ha estado interesado en una mujer por más de un día. Solo trajo a Sabrina hasta aquí porque la última vez tuvo que irse después de contestar el teléfono y no la ha tenido todavía. Después de que la tenga, ¿cree que la seguirá queriendo en la empresa? Incluso se atrevió a despedir a Ruth, que es prácticamente de la realeza, ¿qué tanto le puede importar alguien como Sabrina? Creo que es mejor si toma la decisión en sus manos y no la mantiene cerca”.

La directora meditó sus palabras durante un segundo, Linda tenía razón.

El Departamento de Recursos Humanos no dijo que volvería a contratar a Sabrina. La directora miró a Sabrina con una expresión de incomodidad en su rostro. “Ehm…”

“¡Está bien!”. Sabrina sonrió, aliviada, y luego miró a Linda. Linda levantó la ceja de forma desafiantemente, como si le preguntara: ‘¡¿Qué tan increible crees que eres?!’.

“Si la empresa no va a contratarme, entonces debería irme ahora”. Con eso, se dio la vuelta y se fue. Después de que Sabrina diera unos pasos fuera de la oficina, Linda recibió de repente una llamada de una línea privada. Después de escuchar a la otra parte, Linda se arrepintió de repente. “¿Qué… qué debemos hacer ahora? ¿Hay alguna forma de compensarlo?”.