Castigado por su amor romance Capítulo 38

Sebastian estaba observando la escena con una mirada fría desde la barandilla del tercer piso, pero no se movió.

Él sostuvo la copa de vino, se dio la vuelta y se fue.

Sin embargo, antes de que el pie de la mujer aterrizara en la mano de Sabrina, otro hombre de traje la detuvo.

El hombre reprendió levemente a la mujer: “¡Mindy, eres demasiado imprudente! ¿Cómo puedes pisar la mano de una camarera en el banquete de la familia Ford?".

"¡Primo! Esta m*ldita camarera me hizo venir aquí por nada. Ella comenzó a coquetearle al Joven Amo Sebastian, y él la besó en público. Si me acerco a hablar con Sebastian después de ese incidente, ¿no sería humillada? ¡Todo fue causado por esta mujer!". Mindy pisoteó el suelo furiosamente con sus pies.

El hombre se rio con irritación. “¡Estás poniendo el carro delante del caballo! El Amo Sebastian la besó, y eso demuestra que ella llamó su atención. ¿De qué sirve que te enojes con ella?”.

Mindy dijo: "¡...Primo!".

“Si me preguntas a mi, creo que no deberías haber venido hoy. Hay tantas mujeres que luchan desesperadamente por convertirse en la Joven Señora de la familia Ford. ¿Qué tan segura estás de ganar?". El hombre preguntó en respuesta.

Mindy pisoteó con sus tacones, se dio la vuelta y se fue enojada.

El hombre extendió una mano para ayudar a Sabrina. “Lo siento mucho, mi prima fue demasiado lejos. Te pido disculpas en su nombre".

Sabrina levantó la cabeza y dijo sencillamente: "Está bien".

Ella entendió el propósito de por qué Sebastian la había besado.

Sebastian estaba preocupado por no poder deshacerse del enredo de estas mujeres. Después de que él la besara en público, ella se convirtió en la enemiga pública de todas las demás mujeres presentes.

Una camarera sin antecedentes, entre estas poderosas y famosas de la alta sociedad, solo podría estar a merced de los demás.

Sin embargo, no importaba.

Ella podría soportarlo.

No era como si no lo hubiera soportado antes en prisión.

Sin embargo, ella nunca antes había conocido a este hombre.

"Señorita...", dijo Marcus.

Sabrina recuperó los sentidos.

Ella no sabía de dónde le llegaba tal impulso, tal vez fue por la desesperación. Pero, de repente abrió la boca y preguntó: “Señor Shaw, ¿podría... prestarme dos mil dólares?”.

Después del incidente en el que Sebastian rompió el resultado de su prueba de embarazo, Sabrina sabía que Sebastian no lo dejaría pasar.

No importaba lo que hiciera él, a Sabrina no le importaba.

El peor de los casos sería que él rompiera su contrato con ella y no le pagará la comisión.

La emergencia inmediata era que Sabrina tenía que devolver el dinero de la cámara al propietario a quien se la alquiló.