Castigado por su amor romance Capítulo 381

“¡Si no, me temo que...!”.

Linda podía sentir que sus piernas cederían en cualquier momento ante la presión. “Directora, yo… ¿Dónde voy a encontrar diez mil dólares?”, suplicó, al borde de las lágrimas. “Mi novio acaba de romper conmigo, así que ya no voy a recibir ninguna ayuda por parte de él. Ahora tengo que pagar el préstamo de mi coche y mi apartamento por mi cuenta, y los veinte mil dólares que gano cada mes no son suficientes ni para eso. No tengo ahorros para pagarle ese dinero”.

La Directora de Diseño puso los ojos en blanco ante Linda y consideró la situación. Todo el Departamento de Diseño tendría que sufrir las consecuencias si no lograban resolver la situación. Suspiró profundamente y volvió a poner los ojos en blanco hacia Linda, antes de mirar a Sabrina.

“Sabrina, sé que te han tratado mal la semana pasada. Esto es lo que puedo proponerte, Linda te deberá personalmente diez mil dólares, pero obviamente es incapaz de pagarte ahora mismo. Tienes que venir conmigo a la oficina más tarde, hablaré con el Departamento de Finanzas y haré que te paguen primero. ¿Qué te parece?”, ofreció sinceramente.

“Claro”, aceptó Sabrina con calma. A ella no le importaba mientras tuviera el dinero. No era que no pudiera ayudar voluntariamente, pero eso dependía en gran medida de para quién lo hiciera.

Solo había trabajado en esta empresa durante dos días y había sido acosada dondequiera que fuera.

Ahora que estaba despedida, era razonable que le pagaran por resolver el problema para una empresa para la que ya no trabajaba.

“¡Genial! Entonces, ¿puedes… encontrar una manera de resolver esto?”, preguntó la Directora con cautela.

“¡Sí! ¿Por qué no te adelantas y nos cuentas la brillante solución que tienes?”, cuestionó Linda con brusquedad, “¿o solo estabas hablando cosas sin sentido?”.

Todos los ojos de los presentes estaban puestos en Sabrina, mientras los miembros del Departamento de Diseño esperaban con anticipación. Si Sabrina no proporcionaba una solución viable, ellos serían los primeros en despellejarla viva.

“No es por nada, de verdad”. Sabrina sonrió amablemente en respuesta. “Simplemente tengo más experiencia en trabajos de construcción por el tiempo que he pasado en diferentes obras, eso es todo. Entonces, Directora, sobre la remuneración…”.

“¡Oh, por supuesto, el dinero! Acompáñame a la oficina para que arreglemos ese tema”, contestó la directora de diseño, mientras contemplaba cómo podía convencer a Sabrina para que se quedara en la empresa.

Una vez resuelto el problema, el grupo volvió a la oficina. Solo que esta vez, Sabrina se sentó en el mismo vehículo privado que la Directora de Diseño, en lugar del autobús con los demás. Sabrina se dio cuenta de que había un lujoso coche deportivo que estaba estacionado fuera del edificio de oficinas a su llegada.

“Sabrina, ¿todo el Departamento de Diseño ha salido a comer?”. Ryan salió del coche deportivo y la saludó efusivamente.