Castigado por su amor romance Capítulo 429

Su abuelo al otro lado de la línea inmediatamente gruñó enfadado y dijo: ¡Bah! ¡No menciones a esa mujer! Cada vez que la mencionan, ¡detesto no poder matarla a golpes con un palo!”.

“Abuelo, ¿qué hizo esa mujer esta vez?”, preguntó Nigel, siguiéndole la corriente a Henry.

“¿Ella? Un leopardo no cambiaría sus manchas. Han pasado seis años y sigue siendo la misma mujer que engaña a todos y quiere sacar provecho ilegítimo de la alta sociedad. Ayer hizo algún truco y nos quitó la reliquia de la familia Ford, los brazaletes de crismatita”.

“¿Quién podría culpar a tu abuela por esto?”.

“Tiene más de noventa años, ¡así que estaba confundida! Para nuestra sorpresa, ¡le dio una cosa tan preciada a una mujer así!”.

Nigel utilizó un tono persuasivo para hablar con su abuelo: “Tal vez, mi primo quiere sinceramente casarse con ella”.

“¿Tu primo?”, se burló Henry. “¿Una persona tan condescendiente? ¿Por qué querría un pedazo de m*erda tan podrida? ¡Una persona tan cruel como él nunca querría a esa mujer! Realmente no sé lo que siente en su corazón. Toda la familia Ford ya estaba en sus manos, pero todavía tiene resentimiento hacia nosotros, tu tía y tu tío. No está del mismo lado que nosotros”.

“Está utilizando a esa mujer contra nosotros”.

“Solo quería que esa mujer nos molestara aún más”.

“Después de que estemos muertos, solo entonces se ocupará de esa mujer”.

“Sin embargo, no podemos esperar más”.

“El linaje de la familia Ford se está marchitando. Ahora solo tenemos una niña, Aino. Quería que tu primo se casara con una descendiente de una familia influyente y que continuará el linaje de la familia Ford. ¿En qué me equivoqué?”.

“¡Ah!”.

“¡Estoy tan furioso con esa mujer!”.

“Yo, Henry Ford, soy viejo pero para asesinar a esa mujer, ¡todavía tengo la habilidad!”.

Nigel dijo: “Sin embargo, ella es la madre de tu bisnieta”.

“Bah”. El anciano dejó escapar un frío resoplido. “Las mujeres de toda Ciudad Sur que quisieran ser la madre de Aino podrían darle vuelta a ciudad”.

¿Era amor?

¿Era remordimiento?

¿Era una especie de pena porque no podía tenerla nunca más?

Podía ser una mezcla de todas las emociones.

Sabrina y Nigel se estaban distanciando. Tal vez no había ni siquiera un espacio en el corazón de Sabrina para que él se quedara. Nigel, por otro lado, tenía que admitir que su corazón seguía recordándola.

Había sido conquistado completamente por Sabrina.

Él volvió al hotel donde se alojaba temporalmente, mientras estaba en un estado de confusión. Cuando entró por la puerta, antes de encender las luces, Nigel recibió una fuerte bofetada.

“¿Tú? ¿Qué haces aquí?”, preguntó Nigel sorprendido al ver a la persona que lo había abofeteado.