Castigado por su amor romance Capítulo 494

"¿Estás en la residencia de los Poole?", le preguntó Sabrina directamente.

Sebastian no respondió, en cambio le preguntó: "¿Dónde está Aino?".

"Se quedó dormida", respondió Sabrina.

Continuó: "Cuida bien de Aino, volveré lo antes posible. ¡Dile que papá le llevará un camión lleno de juguetes!".

"Bien".

"¿Estás... estás bien?", preguntó Sebastian de repente.

¿Por qué lo llamó tan tarde?

Hace apenas un minuto, había estado mirando la cámara de vigilancia para comprobar como estaban en la casa.

Vio que Aino había sido muy obediente, haciéndole preguntas a su madre de vez en cuando. Verla actuar como una adulta a través de la cámara lo hizo sonreír.

Sebastian pensó en su interior que la similitud entre sus personalidades era asombrosa.

Luego, cuando vio a Sabrina tratando de convencer a Aino para que se durmiera, apagó el video.

Tenía planeado vigilar la hora en que se iba a acostar Sabrina. Si ella pensaba pasar la noche dibujando sus diseños, Sebastian pensaba llamarla para ordenarle que se fuera a la cama. Sin embargo, en ese momento, el Viejo Amo Shaw lo llamó de repente.

Sebastian tuvo que salir de las grabaciones de seguridad.

Resultó que el Viejo Amo Shaw lo llamó sin motivo. Cuando notó que Sebastian caminaba hacia él, dijo rápidamente, sonando complacido: "Sebastian, lamento que tengas que correr hasta aquí solo para visitar a un anciano como yo que ya tiene un pie en la tumba...".

A pesar de sus palabras, el Viejo Amo Shaw estaba feliz al ver a su visitante. Al menos Sebastian todavía lo respetaba.

Quería tener una conversación con Sebastian, pero su teléfono sonó antes de que el anciano pudiera abrir la boca.

El Viejo Amo Shaw vio el cariño en los ojos de Sebastian al ver el nombre de la persona que llamaba en la pantalla del teléfono.

‘Sabrina, tienes que ser inteligente, tienes que aprender a leer las señales’.

‘Tal vez esta fue solo otra de sus formas de torturarte. Después de todo, le debes dinero, tu deuda está escrita en blanco y negro como prueba. Le debes diez millones de dólares’.

"Nada, yo solo...". Sabrina no pudo inventar una excusa de por qué lo llamaría de la nada.

Sebastian se rio de repente, su risa era baja y relajante. "¿Acaso me extrañas?".

Esto dejó a Sabrina sin palabras.

¿Cómo podía decir algo así en un momento como este?

Un sentimiento de tristeza comenzó a brotar de su pecho.

‘Quizás para ti, él es el sol para tu cielo, el centro de tu universo’.