Castigado por su amor romance Capítulo 502

Durante todo el viaje en autobús, los pensamientos de Sabrina estuvieron ocupados por la familia Lynn.

Desde que tenía doce años, Lincoln era quien le pagaba la comida, el alojamiento y la educación. Aunque nunca le daba una sonrisa ni le daba más mesada de la necesaria, Sabrina seguía anhelando su amor y su cariño.

Solo un poco habría sido suficiente.

Después de todo, lo que más le hacía falta en la vida era el cariño familiar.

Sin embargo, Lincoln nunca le dio eso.

Ahora, Sabrina ya no necesitaba de su amor y su afecto. En cambio, el odio que había acumulado hacia la familia Lynn a lo largo de los años estaba empezando a desbordarse.

Aunque no pudiera vengarse hoy, Sabrina iba a hacerles la vida imposible después de esto.

Mientras el autobús se movía, Sabrina sacó su teléfono para mirar la hora. Casualmente, una llamada llegó justo en ese momento.

Lo miró y se percató que era de Marcus.

Aunque Sabrina estaba resentida con el Viejo Amo Shaw, no podía odiar a Marcus.

Marcus les había ayudado tanto a ella como a Zayn, e incluso había conseguido que le dieran un trabajo en diseño arquitectónico hablando bien de ella a los socios de la empresa.

Consideró todo esto por un momento y respondió: "Hola, Amo Shaw".

Su tono era tranquilo y sus palabras eran breves.

Al otro lado de la llamada, Marcus sonaba extremadamente ansioso: "Sabrina, ¿qué pasa con ese vídeo?".

Sabrina respondió sin rodeos: "Es tal como lo ves".

Marcus, con la voz aún temblorosa, respondió: "¿Cómo es posible? Sé que no eres el tipo de persona que haría algo así. ¿Alguien te ha inculpado de nuevo? Dímelo".

Cuanto más pensaba en ello, más se daba cuenta Sabrina de que no tenía sentido contárselo a nadie.

Si nadie podía ayudarla, ¿qué sentido tenía que compartiera su lamentable historia?

Al otro lado de la llamada, Marcus, al que habían colgado, empezó a arder de furia. Quería volver a llamar a Sabrina, pero después de pensarlo un momento, supo que con su actitud indiferente, no le diría nada por mucho que le preguntara.

Por eso, Marcus decidió llamar al departamento de arquitectura. Después de unos cuantos timbres, el director de recursos humanos contestó la llamada.

"¡Viejo Feng! ¿Dónde está Sabrina?", preguntó Marcus sin rodeos.

El gerente al otro lado tartamudeó: "...Director Shaw".

En ese momento, su ropa empezó a empaparse de sudor frío. ¿Qué estaba pasando, por qué todos los directores preguntaban por Sabrina? Para empeorar las cosas, Sabrina ya había dejado la empresa para siempre.