Castigado por su amor romance Capítulo 504

Linda miró fijamente al extranjero con traje formal que estaba sentado despreocupadamente en la oficina de la directora. "Daniel, tú... ¿Qué haces aquí?".

El hombre llamado Daniel parecía feliz de ver a Linda. "Señorita Linda, nos encontramos de nuevo. Resulta que hoy estoy aquí en Ciudad del Sur por motivos de trabajo, así que he venido a visitarla".

Al oír esto, una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Linda.

Daniel era un arquitecto relativamente joven y prometedor en el extranjero. Era especialmente famoso en Europa del Este, y había conocido a Linda por casualidad hacía algún tiempo. Por ello, no esperaba verlo hoy, justo después de salir del centro de detención.

Sin embargo, el hecho de pensarlo la hizo llenarse de orgullo.

"Mm, lo siento, me vi envuelta en cierto incidente hace dos días, así que siento que tengas que verme así", intentó explicar Linda cortésmente.

Daniel le preguntó con un toque de preocupación en su voz: "¿Qué pasó, Señorita Linda?".

Linda exhaló con fuerza y sonrió. "No tienes idea. Me encontré con un fraude en la empresa hace dos días".

"¿Un fraude?", preguntó Daniel con curiosidad.

"Bueno, títulos académicos falsos, certificados falsos, una obrera de otra empresa. Ella vino a nuestra empresa de construcción, lastimó maliciosamente a una compañera y trató de inculparme. ¿Puedes creer que esa mujer me echó la culpa? Por suerte, el asunto ya está resuelto y la empresa incluso ha pagado la fianza", dijo Linda con orgullo.

Al oír estas palabras, Daniel se puso furioso. "¿Quién se atreve a inculpar a la Señorita Linda? ¡Si alguna vez me la encuentro, le daré un puñetazo en la nariz! ¡No podemos dejar que los fraudes y los mentirosos se salgan con la suya tan fácilmente! Sabes, yo solía ser un buen boxeador".

Linda sonrió maliciosamente. "De verdad, ¿no te arrepentiras si llegas a ver a la estafadora?".

Daniel respondió con tono serio: "¡Por supuesto que no!".

Mientras hablaban, el teléfono de la oficina de la directora de diseño sonó de repente. Cuando la directora contestó, le pasó rápidamente el teléfono a Linda. "Señorita Linda, la segunda señorita de la familia Poole la está llamando".

Cuando Linda escuchó que era Emma la que llamaba, lo tomó inmediatamente con gran alegría y exclamó: "Oh, Señorita Emma, gracias por haberme puesto en libertad tan rápido. Muchas gracias. Sabía que usted estaría ahí para cuidarme".

Aunque Emma se sintió desconcertada por un momento por sus palabras, consiguió recuperar la compostura y empezó a sonreír.

Justo antes de esto, recibió una llamada del director del departamento de Recursos Humanos, quien le dijo que Marcus le había ordenado liberar a Linda bajo fianza.