Castigado por su amor romance Capítulo 536

"No... No me dejes morir, ¡no!". Linda estaba asustada y casi se orinó en los pantalones.

Ya no le importaba tanto y se arrodilló frenéticamente frente a Sabrina. "Señora Ford, incluso tuvo piedad con esa mujer que le robó el bolso hace un rato. ¿Por qué no puede mostrarme algo de piedad? Nunca nos hemos guardado rencor, Señora Ford. Señora Ford, usted era una persona tan buena, y estaba dispuesta a ayudarme a resolver un error tan grande en mi trabajo. Incluso se aseguró de que no perdiera mis 100 mil dólares en honorarios. ¿Por qué no me salvaría ahora?".

"¡Así es!". Nigel sonrió fríamente y continuó: "Siempre supiste que era una persona amable con un corazón gentil. Sabías que no te guardaba rencor, y sin embargo la humillabas constantemente y la lastimaste. Le golpeaste la cara con un zapato duro. Linda, ¡todo fue idea tuya!".

"¡Sabrina, no debes perdonarla!". A su lado, Marcus también habló.

Lágrimas de desesperación cayeron de los ojos de Linda. "¿Director Shaw?".

Marcus no miró a Linda.

El departamento de recursos humanos de la empresa ya le había enviado una grabación de Linda golpeando a Sabrina en la cara.

El golpe fue muy cruel.

La fuerza y la rabia de Linda fueron evidentes cuando la golpeó con la suela de su zapato. Linda podría haber deformado seriamente la cara de Sabrina, y no tendría ninguna esperanza de repararla.

Parecía que incluso el Director Shaw la odiaba hasta la médula. Linda miró suplicante hacia Emma.

Si Sebastian no estuviera allí, Emma tendría la máxima autoridad en aquel lugar. Ella ni siquiera tenía que temer el poderío combinado de Nigel, Marcus y Ryan. Sin embargo, Emma evitó su mirada cuando Linda la miró.

Emma tenía una mano sobre la mesa, y la otra estaba detrás de su espalda, haciendo algo que no se dejaba ver.

La cara de Emma ya estaba verde de miedo. ¿Cómo podía tener el corazón para preocuparse por alguien más?

Linda estaba sumida en un ataque de desesperación mientras Kingston la arrastraba. Ya la había arrastrado muy lejos, pero Linda seguía gritando: "Señora Ford, por favor, perdóneme".

El rostro de Sabrina no cambió.

Ella no era una salvadora.

No podía salvar a nadie.

Era posible que Sebastian hubiera puesto una cantidad de deuda en su cabeza por cada persona que salvara.