Castigado por su amor romance Capítulo 56

Mientras tanto, Sabrina no pudo encontrar la paz dentro de ella en absoluto.

Sabía que estaba atrapada en medio de un remolino con el peligro acechando en cada esquina. Los miembros de la Familia Lynn harían todo lo posible para asegurarse de que ella sufriera.

Sabía que la bondad de Nigel hacía ella era mera caridad. En última instancia, ella sabía que la razón por la que Sebastian la mantenía cerca, a pesar de enterarse de su embarazo, era simplemente por el bien de su madre.

Sabrina era una mujer humilde que no tenía a nadie de quien depender en esta sociedad. Solo podía recordarse a sí misma que debía ser cautelosa, una y otra vez.

Ella fue directamente a su habitación tan pronto como entró en el apartamento de Sebastian y se negó a salir, ni siquiera para comer, cuando en realidad estaba muriendo de hambre.

Esperó hasta las once de la noche antes de salir finalmente con un plato. Sabrina asumió que ninguna de los dos estarían en la sala de estar y se dirigió hacia la ducha para preparar el agua caliente para bañarse, y para su sorpresa, encontró a Sebastian sentado solo en la sala de estar.

Sabrina se acercó a Sebastian con calma y le dijo: “Señor Ford, no tuvo que echar a Selene simplemente porque estoy viviendo aquí. Haré todo lo posible para no salir de mi habitación y no representar un problema”.

Sebastián miró a Sabrina con una expresión fría, y antes de que él pudiera responder, ella se había ido con el plato en sus manos. Sabrina no pudo dormir muy bien esa noche. Conocía a la Familia Lynn y a Selene como la palma de su mano, y seguramente la culparían por el rechazo de Sebastian hacia Selene al querer pasar la noche allí.

***

Sabrina se despertó a la mañana siguiente sintiéndose un poco enferma, pero insistió en presentarse al trabajo de todos modos. Pasó toda la mañana haciendo diligencias sin descanso para diferentes departamentos, al igual que ayer.

No fue hasta el mediodía cuando ella se detuvo de lo que estaba haciendo. La llamaron a la oficina del Director de Diseño.

Sabrina contestó sin dudarlo y dijo: “Amo Tong, me dirijo a su tienda ahora mismo. ¡Estaré allí en media hora!”. Ella colgó sin esperar respuesta.

Ella sabía que el Amo Tong debía estar llamando para recordarle que devolviera la cámara y pagara el alquiler, lo cual era comprensible considerando que solo pidió alquilar la cámara por un día y no la había devuelto en varios días.

Sin embargo, ella tenía el dinero que ayer le dió prestado Nigel, y debería ser suficiente para pagar la cámara perdida y la tarifa del alquiler.

Sabrina se apresuró a ir al Centro de Alquiler Koda durante la hora del almuerzo y vio a dos personas en la tienda en el momento en que entró.

“¿Eres tú?”, dijo una mujer en tono burlón.