Castigado por su amor romance Capítulo 593

Sin embargo, ya era demasiado tarde para lamentarse. Después de haber sido tan imprudente, Selene no tenía más remedio que luchar para salir de esta situación.

"Sabrina, creo que debe haber algún malentendido, nunca he tenido la intención de robarte nada...". Sonrió con incomodidad.

"¡No!". Sabrina la interrumpió ferozmente. "No hay ningún malentendido. Me lo has quitado todo desde que éramos niñas".

"Incluso me consideraba afortunada los días que lograba tener tus sobras".

"Lo que sé es que me quitaste lo que era mío, e incluso intentaste quitarme al hombre que me pertenece".

"No es nada nuevo que te refieras a mi marido como tu prometido. De hecho, estoy segura de que todas las personas de Ciudad del Sur saben que difundes los rumores sobre tu compromiso con Sebastian. No estoy hablando de solo chismosear con un amigo o dos. No, le has dicho a innumerables personas que eres su prometida".

Aunque las duras palabras de Sabrina eran claramente para atrapar y reprender a Selene, su tono era tan suave y tranquilo que casi parecía inofensivo.

Mientras tanto, Selene, que se sentía rodeada por fuego y sin ningún lugar al que huir, solo podía suplicar en voz baja.

"Hermana, la mayoría de las cosas que ocurrieron entre nosotras fueron realmente malentendidos. A fin de cuentas, sigues siendo mi hermana...".

Sabrina no tenía intención de dejarla ir fácilmente.

"Escuché algunos rumores sobre mí el primer día que vine a trabajar aquí, algo así como que Sebastian tenía una prometida, y que la supuesta afortunada era la nieta del Viejo Amo Shaw, Selene Lynn".

"También escuché algo sobre que yo era una prisionera que Sebastian había capturado de muy lejos. Me pregunto de dónde salieron todos esos rumores…".

"¿De los empleados de la empresa? Donde hay humo, siempre hay fuego", dijo Sabrina, antes de lanzar una mirada de desprecio a Madeline, la mujer que había intentado darle el café Montaña Verde.

Al notar la mirada de Sabrina, la sorprendida Madeline bajó inmediatamente la cabeza.

Al darse cuenta de que no había más opciones, Selene miró a Sabrina con la esperanza de que dijera "Está bien, te perdono. Vete" y la liberara de esta tortura.

Se juró a sí misma que a partir de ahora escucharía a su abuelo y mantendría la calma a pesar de cualquier cosa.

Después de todo, el abuelo tenía razón. La imprudencia tenía un precio, y solo se podía empezar a resolver los problemas manteniendo la calma.

Sin embargo, Sabrina no compartía ese sentimiento.

"No te perdono", dijo sin remordimientos.

Selene se quedó muda y helada en su sitio, tratando de procesar la situación mientras Sabrina se dirigía hacia ella con una expresión seria.

Cuando las dos estuvieron cara a cara, Sabrina se inclinó hacia ella y le susurró: "Selene Lynn, he estado pensando en formas de vengarme de ti. Como hasta ahora no se me había ocurrido nada, ¡te agradezco que hoy hayas tomado la iniciativa de caer justo en mis manos!".