Castigado por su amor romance Capítulo 595

El vicegerente rápidamente acercó una silla a Sebastian y le dijo: "Por favor, tome asiento, Amo Sebastian".

Finalmente entendió la situación.

Sebastian realmente encarnaba las cualidades descritas en las publicaciones del Grupo Ford en las redes sociales: poderoso, despiadado, desalmado y aterrador, pero completamente bajo el hechizo de su esposa.

El famoso hombre con la máxima autoridad de todo el Grupo Ford realmente pasaba de puntillas alrededor de su mujer.

Además de no querer molestar a su esposa, parece que Sebastian también se sentía inseguro ante la idea de perderla a manos de hombres más jóvenes y guapos.

Otra cosa de la que se dio cuenta el vicegerente era que el Amo Sebastian no estaba aquí para supervisar su trabajo, ni para discutir los detalles de su colaboración en lo absoluto.

No, el hombre simplemente estaba aquí para ver a su esposa porque la echaba de menos. Más concretamente, el todopoderoso Director había decidido abandonar todos sus trabajos y contratos pendientes del día solo para ir al lugar de trabajo de ella y ver cómo estaba.

A fin de cuentas, la hipótesis del vicegerente no estaba nada lejos de la realidad.

Sin embargo, con lo que Sebastian no contaba era que Selene aparecería también y con la intención de agredir a Sabrina.

Desde el momento en que se había acercado a la recepción, Sebastian había escuchado cada una de las palabras que Selene murmuraba para sí misma.

Incluso había pensado en que si debería hacer que Selene Lynn "desapareciera" de este mundo, si Sabrina hubiera optado por guardar silencio ante el desmedido comportamiento de aquella mujer.

Después de todo, nadie podía interponerse en el camino de Sebastian si realmente deseaba deshacerse de alguien, ni siquiera el Viejo Amo Shaw.

Sin embargo, para su sorpresa, Sabrina no fue lastimada, y tampoco se dejó intimidar por Selene.

Incluso consiguió arrinconar a Selene en una situación incómoda que acabaría por arruinar su reputación.

Al ver la estrategia de Sabrina en acción, Sebastian no pudo evitar reírse para sí mismo.

¡Esta mujercita!