Castigado por su amor romance Capítulo 663

Sin embargo, nadie esperaba que ella se defendiera con esa fuerza. Sus palabras fueron tan poderosas que el Viejo Amo Shaw tartamudeó al decir: "Tú… tú… ¡Intimidas a los demás aprovechándote de la fuerza y ​​el poder de otra persona! ¡Eres un demonio! ¡Eres una forastera que busca desesperadamente ascender a una escala social a la que no pertenece! No eres más que una don nadie apoyada por Sebastian…".

"¡Suficiente!". Sabrina empezó a llorar. Sin importar lo fuerte que era, cuando escuchó al Viejo Amo Shaw llamándola demonio y forastera, no pudo evitar sentirse herida, ese hombre ya no merecía su respeto. ¿Acaso ella no merecía afecto en esta vida? Sus padres habían fallecido, al igual que sus parientes más cercanos. ¿Cómo era posible que ella fuera tratada de esta manera?

Sabrina suprimió la amargura de su corazón. Ella hizo una mueca de burla y dijo con fuerza: "¡Viejo Amo Shaw! Piensa lo que quieras de mí. Pero, ¡no te daré la oportunidad de especular! La razón por la que me quedé callada todas las veces anteriores, y dejé que me acosaran e intimidaran, no fue porque no confiara en el poder de mi esposo. Más bien, no sabía si me amaba o no. Si una persona no me ama, ¿de qué serviría apoyarme en ella? Todas esas veces, soporté tu acoso tratando de proteger a mi hija. Quiero darle una buena familia…"

"Pero ahora, sé que mi esposo me ama mucho y a mi hija también. Viejo Amo Shaw, ¿crees que soy tan tonta como para dejar mi vida soñada y dársela a tu nieta?".

El Viejo Amo Shaw se quedó perplejo. Luego, llamó a Sebastian, furioso por la humillación. "¡Sebastian…! ¡Sebastian! ¡Quiero escucharte! ¿Qué piensas? Si no quieres casarte con Selene, ¿por qué le dijiste falsas promesas y por qué le obsequiaste un vestido de noche tan lujoso y extravagante? ¡Habla!".

Sebastian frunció los labios y miró a su esposa. ¡Ella era increíble! En ese momento entendió cómo pudo, estando embarazada, esconderse de la persecución mortal de la familia Lynn mientras llevaba al parapléjico Zayn con ella. Su capacidad de supervivencia y resistencia eran de admirar.

Sebastian habló con firmeza. "Abuelo Shaw, tu salud ya no está para soportar estas emociones. No puedes esforzarte mucho".