Castigado por su amor romance Capítulo 708

"Estaba en medio de una reunión hace un momento", le explicó Sebastian.

Sabrina, claramente sorprendida, murmuró "... Tú... ¿Qué dijiste?".

"Sí, escucharon cada palabra", dijo Sebastian con sinceridad.

"Tú... ¡Te odio! Yo... ¡Estoy tan avergonzada! ¿Cómo podré verlos a los ojos después de esto?". Al otro lado de la llamada, la cara de Sabrina comenzó a sonrojarse intensamente.

En cambio, Sebastian no parecía estar afectado en absoluto. "Pensaron que la Señora Directora era muy adorable".

"Aún no he escuchado suficiente de tu coqueteo. Ahora puedes coquetear conmigo todo lo que quieras. Sedúceme como quieras, estoy completamente solo aquí".

Incluso al decir palabras tan seductoras, su tono se mantuvo excepcionalmente tranquilo.

Sabrina no sabía cómo responder. "... ¡Querido! ¡Te odio!".

"¿Estás coqueteando conmigo ahora mismo?", preguntó Sebastian.

A él le encantaba que ella coqueteara con él. No podía verla con sus propios ojos en ese momento, pero le bastaba con su imaginación.

Quién iba a decir que la fría y distante Sabrina, que siempre mantenía la compostura en cualquier situación, tenía un lado tan adorable.

Cuando Sebastian le habló así, su cara se tornó aún más roja.

Sin embargo, Sebastian no pensaba en dejarla escapar. "Bésame".

Sabrina respondió rápidamente: "¡No! ¡Voy a ignorarte!".

Al oír esto, el hombre resopló y dijo: "¡Entonces solo estás rogando que te castigue!".

Esto animó a Sabrina al instante. Lo desafió diciendo: "¡Ven! ¡Ven a castigarme ahora mismo!".

"Si me besas de nuevo, te contaré un cuento".

"Mm... muac". Ella lo besó a través del teléfono como él le pidió.

"Hace mucho tiempo, había una chica...". La voz de Sebastian era suave y reconfortante.

"¿Y?". Sabrina bostezó.

"La chica era terca y orgullosa, trataba a todos como si le debieran una fortuna. Le gustaba mucho un chico, pero actuaba como si lo odiara...".

"Jaja...". La risa de Sabrina era ligera y suave. Comenzó a sentir que se quedaba dormida, volvió a bostezar mientras preguntaba: "¿Y luego qué pasó?".

"Al final, el chico consiguió conquistar a la orgullosa chica. Después de eso, ella solo podía dormirse cuando se acostaba obedientemente en su regazo y escuchaba las historias que él contaba".

"Jajaja...". Sabrina reía y reía. Antes de darse cuenta, se quedó profundamente dormida.