Castigado por su amor romance Capítulo 737

Ni siquiera derramó una lágrima cuando la golpearon, la pisaron y la maltrataron.

Solo quería que esas chicas se dieran prisa y se fueran. Quería lavarse en el río para evitar que su padre lo supiera.

La enfermedad de su padre estaba en una fase avanzada y era grave. Si se enteraba de que la habían lastimado, quizás su padre no podría soportarlo.

Ella no quería decírselo, pero alguien más se lo dijo.

Después de que se lavara la suciedad de la cara y la cabeza, Sabrina regresó a su casa y lo primero que escuchó fueron los gritos de su madre.

Sabrina se sorprendió y corrió a la casa.

Cuando entró, su padre solo podía inhalar. Había dejado de exhalar.

Cuando Sabrina se acercó a él, su padre abrió los ojos mientras decía débilmente: "Sabbie... Sabbie... Yo... lo siento mucho. No pude darte una buena vida, e incluso las he agobiado a ti y a tu madre…".

"Escúchame, después de mi muerte, deja... deja que tu madre te envíe a una gran ciudad. Eres muy bonita, y tus notas son buenas. Incluso sabes tocar el piano. No puedes vivir tu vida aquí. Escúchame, cuando me muera, vuelve con tu madre a... a Ciudad del Sur".

Sabrina negó con la cabeza y dijo suavemente: "Papá, no te mueras. No puedes morir. Ya no iré más a la escuela. Trabajaré para conseguir dinero, podremos pagar los gastos médicos, ¿si? No te mueras. No quiero perderte..."

Para una niña de doce años, perder a su padre era como ver caer el cielo.

Estaba bien, aunque su padre solo estuviera postrado en su cama enfermo.

Ella solo necesitaba que su padre y su familia de tres estuvieran juntos.

Sin embargo, lo que Sabrina temía y le hacía sentir que el cielo se le caía encima, sucedió.

Su padre murió esa noche.

Había acumulado un centenar de insultos y de sentimientos de remordimiento por culpa de las personas del condado y murió la noche en que Mary golpeó a Sabrina.

Nadie sabía cuánto odio había en su corazón.

La familia llevaba atuendos llamativos y contrastaba con la pareja de madre e hija vestidas como mendigas.

La familia de Mary llegó a atacarlas en la parada del autobús. "Ladrona, te acogimos amablemente durante una semana, pero ni siquiera pudiste cumplir las reglas. ¡Inculta y sin educación! ¡Niña salvaje!".

Sabrina quería pelear contra ellos.

Sin embargo, su madre la detuvo.

No se fueron en el mismo transporte porque la familia de Mary iba en un autobús privado.

Desde entonces, Sabrina había vivido en Ciudad del Sur y no había vuelto a ver a Mary.

Habían pasado quince años, así que Mary debía tener treinta años.

Sabrina le sonrió fríamente a Mary. "Mary, imagino que has estado bien".