Castigado por su amor romance Capítulo 759

Sabrina dudó por un momento "¿Sería... apropiado que yo fuera?".

Ella no quería avergonzarse de nuevo.

Después de todo, sus amigos eran todos personas influyentes.

Él la convenció con palabras amables y un tono suave: "Si no fuera apropiado que vinieras, ¿quién más podría venir entonces? Todos son extranjeros, tú eres la única de Ciudad del Sur. ¿No deberías ser una buena anfitriona?".

Sabrina se rio y dijo: "Está bien, iré ahora".

"Ven rápido. Todos te estamos esperando”.

"De acuerdo". Después de terminar la llamada, Sabrina le sonrió a Aino. "¿Quieres conocer a los amigos de Papi?".

Aino asintió emocionada. "¡Por supuesto!".

Le encantaba hacer nuevos amigos.

"Recuerda tus modales y dirígete a ellos cortésmente, ¿de acuerdo?".

Aino sonaba como una pequeña adulta al hablar: "¡Oh, por favor! Ya tengo cinco años, ¿verdad? Soy una niña hermosa y con buenos modales".

"¡Jeje! Me preocupa que sigas siendo una pequeña niña del pueblo. Después de todo, llegaste a la gran ciudad después de vivir en un lugar desierto como el Condado de Ciarrai hace unos pocos meses".

"¡Ja!". Aino levantó su pequeña barbilla con orgullo. "¿Y qué hay de malo en ser una niña del pueblo? Me encanta serlo”.

Al escuchar las palabras de su hija, Sabrina la miro con alegría.

La personalidad de Aino era casi idéntica a la de ella.

Siempre fue una mujer fuerte e independiente.

Y su hija era igual.

De repente, una sensación de orgullo y satisfacción creció en su pecho.

"Vamos. Conoceremos a los amigos de tu padre. Les mostraremos que Papi tiene dos damas deslumbrantes a su lado”.

Luego, subió a Aino al coche y condujo hasta la casa club donde conocería a los amigos de Sebastian.

Kelvin le susurró algunas frases al oído al mesero.

El mesero miró a Sebastian inmediatamente.

"¡Ve, ahora!", ordenó Kelvin.

"Vaya... muy bien". El mesero se fue en un instante.

La puerta se abrió de un empujón cinco minutos después. Todos pensaron que Sabrina había llegado con la niña, sin embargo, en su lugar, entró una mujer con una figura de modelo. Llevaba muy poca ropa y tenía largos rizos ondulados colgando a cada lado de su cara, se veía muy hermosa. Ella entró y se dirigió a él con pasos firmes de inmediato. "Amo Sebastian...".

Sebastian se quedó en silencio.

A su lado, Kelvin lo miró con una expresión entretenida en su rostro.

"Amo Sebastián, usted es el único sin una mujer a su lado. ¿Qué tal si lo acompaño un rato?”. Con eso, se dirigió hacia donde estaba sentado Sebastian.

Sin embargo, él levantó las cejas y dijo: "Primero, mira detrás de ti. ¿A quién ves?".