Castigado por su amor romance Capítulo 788

Al otro lado de la línea, Ryan explicó temeroso: "Bebé, te lo diré, pero prométeme que no me golpearas por esto".

A Ruth le pareció gracioso el comentario de Ryan. ¿Por qué ella lo golpearía? No podría amarlo más. "Dímelo de una vez".

"Tu prima... me está invitando a salir".

"¡¿Qué?!", exclamó Ruth y casi deja caer el teléfono. En ese momento comprendió a qué se refería Ryan con 'algo urgente'. Las lágrimas comenzaron a agolparse en sus ojos.

"¿Y… y qué opinas al respecto?".

Antes de que Ryan pudiera responder, Sabrina le arrebató el teléfono a Ruth. Ella preguntó con voz firme: "Joven Amo Poole, ¿estás diciendo que quieres salir con Mindy?".

"¡Imposible!". Ryan resopló con desprecio. "¡Ella no es más que una descarada! Déjame decirte, Tía Sabrina, finalmente sé de dónde heredó mi Ruth esa actitud, ¡es de su prima! ¡Ya le he dicho que la saque de su casa!".

Sabrina sonrió amargamente. "Ella necesita el apoyo de sus padres para hacer eso".

"¿Qué quieres decir?".

"No importa", dijo Sabrina sonriendo. "¿No dijiste que Mindy te estaba invitando a salir? Deberías ir".

Tanto Ryan como Ruth se quedaron en silencio por un instante.

"No hay problema". Miró a Ruth. "Confía en mí".

Ruth asintió.

Al otro lado de la línea, Ryan reaccionó nuevamente. "Tía Sabrina, ¿sabes adónde quiere ir Mindy conmigo?".

"Déjame adivinar, ¿quiere verte en la residencia Shaw?".

Efectivamente, Sabrina rara vez lloraba. Aprendió desde muy joven que llorar no resolvería los problemas. Tuvo que independizarse a los doce años y desde entonces no había nadie a su alrededor en quien apoyarse para llorar, absolutamente nadie.

Le sonrió amablemente a Ruth y le dijo: "Me hiciste daño en múltiples ocasiones, pero nunca lograste vencerme. Te vencí cada vez. Finalmente te rendiste ante mí, y ahora eres muy amable conmigo también. Digamos que las buenas acciones eliminaron todo lo malo, así que no nos lamentemos por lo ocurrido. De ahora en adelante, cuando te sientas sola, trata de aprender de mí y mantente fuerte".

Ruth asintió. "¡Sí! ¡Tengo que mantenerme fuerte!".

"Vamos, te llevaré a casa de Yvonne".

"Está bien".

Cuando llegaron a la casa de Yvonne, ésta aún no había regresado de su viaje de negocios, pero sus padres recibieron a Ruth con los brazos abiertos.

"Ruth, no te preocupes por nada mientras estés con nosotros. Piensa en nosotros como tu familia. Ay... pobre niña. Me pregunto qué les habrá pasado a tus padres. Si se atreven a aparecerse aquí en nuestra casa, ¡vamos a golpearlos con un rodillo! No te preocupes por eso, Ruth", le aseguraron el Señor y la Señora Yates.