Castigado por su amor romance Capítulo 79

El hombre no respondió antes de levantarse y marcharse.

Grace sonrió. “Ese mocoso siempre ha sido un hombre de pocas palabras, Sabbie. Dado que ustedes dos se casaron tan repentinamente, es posible que sus sentimientos el uno por el otro no tengan una base firme todavía, pero creo que poco a poco llegarás a darte cuenta de sus puntos buenos".

“Lo sé, madre. Iré con Sebastian a comprar algo de ropa ahora”, dijo Sabrina, devolviéndole una dulce sonrisa.

"Adelante".

Sabrina se dispuso a salir. En el momento en que salió por la puerta, escuchó a Grace gritar desde atrás: “Sebastian, sé que estás parado afuera. Pasa, tengo algo que decirte".

Sebastian, de hecho, había estado parado afuera. Al escuchar a su madre llamarlo, le ordenó a Kingston: “Primero llevala al coche. Iré después de esto".

"Sí, Joven Amo Sebastian".

Sebastian se dio la vuelta y entró a la sala.

"Madre...".

"¡Hijo estúpido!". Grace se estiró para golpear a su hijo mientras lo reprendía. “Llevas más de un mes casado con Sabbie. Puedo notar que has sido frío con ella. Sé que todavía no hay sentimientos entre ustedes dos, así que nunca los culpé”.

“Por suerte para ti, Sabbie es una buena nuera. Ella nunca se ha quejado conmigo de la forma en que la tratas. También he notado que toda la ropa que usa es barata, pero no puedo decir nada al respecto. Finalmente has hecho algo bueno hoy. Ve a buscar ropa bonita para ella. ¡Después de todo, ella es la Señora de la familia Ford!".

"Lo sé".

"¡Apúrate! No la dejes esperando afuera por mucho tiempo".

"Esta bien". Sebastian dejó la sala de su madre.

Todo el tiempo, Sabrina había estado esperando a Sebastian con Kingston en el coche. Viendo como Sebastian comenzaba a acercarse desde lejos, Sabrina reunió todo su coraje y dijo: "Kingston...".

"¿Me... llamó?".

La chica nunca antes le había hablado por voluntad propia. Su repentina llamada sorprendió a Kingston.

Sabrina se mordió los labios, antes de preguntar: "Yo... no sé... ¿Por qué me está tratando de esta manera?".

Kingston sonrió. "¿No debería el Joven Amo tratar bien a su Señora?".

Esto se debía a que sabía que Sabrina iba a estar allí, ella iba todos los días después del trabajo.

Al mirar la sonrisa avergonzada de Sabrina hacia Kingston, Sebastian notó por primera vez que la sonrisa de ella era inocente y pura.

Kingston inmediatamente abrió la puerta después de notar que Sebastian había llegado.

"Joven Amo Sebastian, ¿a dónde vamos?".

“A las tiendas de marca femenina en los centros comerciales de alta gama en el centro de la ciudad. Llama con anticipación para hacer una reserva, diles que estaremos allí en una hora". Tan pronto como Sebastian dijo eso, miró a Sabrina.

Levantó la mano, indicándole que se sentara más hacia atrás.

Sabrina no sabía qué hacer.

Sonó su teléfono. Sin siquiera mirar la pantalla, respondió de inmediato. "¿Hola, quién es?".

"¡Sabrina!". En el otro extremo se escuchaba la voz disgustada de Lincoln Lynn.