Castigado por su amor romance Capítulo 78

Sabrina no respondió, bajó la cabeza mientras seguía comiendo.

La piel de las camotes aún no estaba completamente pelada, por lo que continuó quitándolas mientras comía.

"¿Te gustan tanto los camotes?", preguntó Nigel.

"Sí, son dulces", respondió Sabrina.

“Realmente no pueden ser tan dulces, ¡no es chocolate! Dámelo y déjame probarlo, si descubro que me engañaste, ¡me ocuparé de ti aquí mismo!".

Nigel le arrebató el plato a Sabrina, quitándoselo con fuerza de las manos. No parecía importarle que estuvieran en público, ni se preocupaba por el polvo por todas partes. Usando el tenedor, se llevó un trozo de camote a la boca.

Sabrina se quedó atónita.

Miró a Nigel perplejamente.

Nigel tragó uno tras otro. Después de terminar, hizo una pausa antes de decir: “Rayos, no esperaba que la comida en este sitio de construcción fuera tan buena. Ese camote estaba tan bueno... Es dulce pero fragante, áspero y ceroso".

Su expresión era claramente exagerada y grosera.

Sin embargo, Sabrina se rio.

Fue una risa dulce, del tipo que realmente salió del corazón.

Nigel estaba aturdido, frunciendo las cejas.

Nunca la había visto reír. En su mayoría, había tenido la expresión fría de una mujer amargada que rechazaba a todos. Incluso en las raras ocasiones en que la había visto sonreír, siempre había sido a un nivel superficial, por cortesía.

Sin embargo, ese no fue el caso esta vez.

Cuando Sabrina entró sola a la sala, notó de inmediato a Sebastian, que también estaba en la sala, dando de comer a su madre la comida que él había ordenado.

“Sebastian, ¿por qué estás hoy antes que yo? Déjame alimentar a mamá". El estado de ánimo de Sabrina había sido bastante bueno ese día desde temprano.

Sebastian le entregó el cuenco a Sabrina y ella lentamente comenzó a alimentar a Grace. Mientras comía, Grace murmuró alegremente: "Ah, ¿qué bueno sería si pudiera vivir un poco más?".

“Madre, todavía vivirás mucho tiempo”, dijo Sabrina mientras le daba de comer a Grace. “Pero necesitarás comer más. Solo entonces tu cuerpo estará bien. Con un cuerpo sano, vivirás mucho”.

"Ah, te escucharé entonces, comeré más". A pesar de saber que no le quedaba mucho tiempo de vida, Grace seguía pareciendo feliz.

Sebastian, que había estado a su lado, dijo: "Después de que hayas terminado de alimentar a mamá, te llevaré a comprar algo de ropa".

"¿Qué?". Sabrina lo miró asombrada.