Castigado por su amor romance Capítulo 819

Sabrina se quedó sin palabras.

Sabía que tenía rinitis alérgica, por lo que no soportaba los olores demasiado fuertes, especialmente aquellos perfumes penetrantes. Apenas sintió un olor irritable, se sofocaría, pero ¿desde cuándo tenía alergias en la piel?

¿Cómo podría no saberlo?

Sabrina miró a su hombre y se molestó, pero le pareció gracioso al mismo tiempo.

El hombre todavía tenía una expresión fría en su rostro. “Estabas tan cerca de ella que tu saliva podría haber salpicado su rostro. No solo es antihigiénico, sino que ¿asumirás la responsabilidad si ella tiene una reacción alérgica?”.

Andrew no sabía qué decir.

Había estado trabajando con Sabrina durante tanto tiempo; pero no sabía que tenía alergias en la piel, ella no era una persona tan frágil.

Las lágrimas de preocupación de Andrew estaban a punto de rodar por sus mejillas, pero no se atrevía a llorar frente a él.

Él vio que Sebastian se acercó y agarró la mano de Sabrina, luego la apartó a la fuerza. Incluso la regañó mientras la empujaba levemente. “¿No sabes que tu salud no es la mejor? ¿Te comportas como una adolescente, quedándote despierta toda la noche en el karaoke?”.

“Bueno... Señor, ni siquiera he llegado a los veintisiete años este año”.

“¿Puedes cantar en clave? Tu canto es una tortura para los oídos. ¿No sabes que tu voz podría atraer a los lobos?”.

“Bueno… Señor, yo… No solo sé cantar, sino que también puedo tocar el piano. Esto… Cuando volvimos a mi ciudad natal, te lo confesé. Señor... es usted olvidadizo, ¿cierto?”.

Sebastian se burló. "¡Bah!".

Luego, no dijo nada más.

Sabrina estaba sin palabras.

Así, a la fuerza, como un águila que atrapa a un polluelo, sacaron a Sabrina de la sala privada del bar karaoke.

Justo antes de salir de la habitación, Sabrina les gritó a todos: “¡Yo pago, está bien! Yo pagaré la cuenta”.

Entonces, fue arrastrada por Sebastian.

Las personas, que guardaron silencio, se miraron entre sí.

¿Había pasado el peligro...?

"¿Qué pasa contigo?". Sabrina vio que la expresión de Sebastian estaba tensa, así que le tocó el pecho con la punta del dedo.

El hombre preguntó con frialdad: "Estás de muy buen humor hoy, ¿no?".

"Mm-hmm, he estado de buen humor últimamente", dijo Sabrina sin saber la razón. "¿Qué ocurre? Di algo".

El hombre no dijo una palabra.

Luego, ninguno de los tres dijo una palabra en todo el camino.

Kingston no se atrevió a hablar. Sabrina... también tenía un poco de miedo de hablar.

Cuando llegaron a casa, después de que Kingston se fuera, la pareja subió junta las escaleras.

Sabrina le preguntó a Sebastian con calma al entrar por la puerta: "Sebastian, ¿qué te pasó hoy?".

En cambio, el hombre la cargó en sus brazos y abrió la puerta de su habitación de una patada.

Después de cerrar la puerta detrás de ellos, la dejó sobre la gran cama. Sin esperar a que ella hablara, comenzó a besarla.