Castigado por su amor romance Capítulo 872

Jane se congeló en su sitio. "Mamá, ¿qué...? ¿De qué estás hablando?".

Su madre la miró con cariño. "Nuestra Jane ha crecido realmente. Mira esas preciosas trenzas oscuras y esos pechos tan rellenos. También has crecido mucho en altura. Tu cara es un poco pequeña y delgada, pero está bien. Jane, querida, ya has crecido y es hora de que te cases. Mami le ha pedido a alguien que te encuentre un buen partido y tu futuro esposo viene de una familia rica que posee propiedades valoradas en millones de dólares. Su familia es imponente en esta ciudad, así que seguramente vivirás feliz para siempre si te casas con él".

"Mamá, no quiero casarme", dijo ella, negando con la cabeza frenéticamente. "Estoy estudiando por mi cuenta para el examen, dentro de un año podré entrar a la universidad. No necesito que me pagues la matrícula, Mamá. Puedo trabajar a tiempo parcial mientras estudio. Por favor, no me cases con nadie. No quiero casarme. Mis hermanas y hermanos mayores, ninguno se ha casado todavía, ¿por qué me toca a mí?".

"Si no te toca, ¿prefieres que se case tu hermana menor? Tu hermana solo tiene quince años, ¿te atreverás a hacerlo?". La expresión de su madre se oscureció en un instante.

"¿Qué tiene que ver esto con mi hermana?".

"¡Querían a tu hermana! ¡Incluso dijeron que estaban dispuestos a darnos dos millones de dólares por ella! ¡Dos millones de dólares podrían resolver muchos de nuestros urgentes problemas! La matrícula de tus cuatro hermanos mayores cuesta hasta cien mil dólares al año. Tus abuelos necesitan ser atendidos, tu padre necesita sus cigarrillos y tus hermanos menores necesitan ir a la escuela. ¿No deberías contribuir a esta familia?". Ella miró a Jane con desprecio.

"¿Por qué yo?". Jane comenzó a llorar y gritó: "¿Acaso fui un bebe que recogiste en la calle? Ya has hecho una prueba de parentesco, ¡soy tu hija! ¿Por qué tengo que ser yo? Si no me quieren, ¡puedo alejarme de esta familia y cortar todos los lazos con ustedes!".

Jane se dio la vuelta, pero no consiguió correr mucho antes de que su padre la atara con cuerdas.

La encerró en la casa durante tres días y tres noches, y ella lloró durante cada segundo. Al final, se quedó sin fuerzas y se apoyó en la puerta, luchando por recuperar el aliento. Fue entonces cuando escuchó la voz de su padre desde el exterior.

"Jane, eres la hija de tu padre, pero tu madre y yo tenemos demasiados hijos. No nos atrevimos a interrumpir el embarazo cuando descubrimos que íbamos a tener gemelos. Ahora nos enfrentamos a una crisis financiera, ¿qué vamos a hacer si todos sufrimos en la pobreza? Si sacrificándote a ti se pueden resolver todos estos problemas, a Papá no le queda más remedio que sacrificarte".