Castigado por su amor romance Capítulo 892

Sabrina sabía que Nigel debía referirse a Selene y a sus padres.

Por su parte, y como ella lo esperaba, él dijo: "Pero no te preocupes, Sabrina. ¡Encontraré la manera de destruirlos! Los tres son ahora valiosos huéspedes de la Familia Payne. Incluso se alojan en el salón oeste de la mansión Payne. En principio, solo los dos hermanos Payne se habían estado quedando en la mansión, pero ahora la Familia Lynn se unió a ellos también".

"Además, el mayor de los Payne, Harry Payne, planea conseguir que Holden Payne se case con Selene".

Sabrina se quedó sin palabras. "...".

Nigel continuó: "Ademas, escuche que Selene ya le dijo a Harry que la razón por la que Sebastian está tan ansioso por acabar con la isla es porque tú lo has estado persuadiendo para que lo haga. Sin embargo, Harry y la Familia Lynn están hablando de aprovechar la oportunidad de que Sebastian esté tan concentrado en la isla para enviar algunos hombres a Ciudad del Sur para que se ocupen de ti. Te llamé hoy para decirte esto, así que tienes que tener cuidado en el futuro. Ten mucho cuidado, ¿sí?".

Sabrina dijo: "Lo sé, gracias. Nigel, muchas gracias".

"Muy bien, no puedo hablar mucho. Cuídate mucho. ¡Voy a colgar!".

"De acuerdo, adiós. Cuídate". El corazón de Sabrina pesaba como una roca en su pecho.

Después de terminar la llamada, se sentó en el banco a su lado y recordó las palabras que Nigel le había dicho. No era que ella no quisiera dejar ir a la Familia Lynn. Eran ellos los que seguían aferrándose a ella y pensando en formas y medios para hacerla sufrir.

Se burló de ello y se fue a la planta donde se encontraban los restaurantes para buscar a Jane y a las demás.

"¿Qué pasó, Sabrina? No te ves muy feliz", preguntó Jane, preocupada.

Era la mayor de ellas, y sus palabras tenían su cálida preocupación siempre presente.

Hoy era la primera vez que Ruth e Yvonne conocían a Jane, pero a ambas ya les agradaba mucho.

Sabrina sacudió la cabeza, forzando una expresión de tranquilidad en su rostro mientras decía: "No es nada. ¿Ya ordenaron?".

"Todavía no. Te estábamos esperando", respondió Yvonne.

Sabrina levantó la mano y tocó la frente de Yvonne. "Pequeña dulce genio. No creas que no te conozco. Es que no quieres que Jane pague la cuenta otra vez, así que esperaste a propósito a que yo viniera a pagar la cuenta, ¡y así ordenar lo que quieran! ¿Estoy en lo correcto?".

La niña había clavado un trozo de salmón en su tenedor, pero antes de que la comida llegará a la boca de Jane, la mayor parte ya se había caído del tenedor a la mesa.

Pero, aún así, Jane se comió lo que quedaba del pescado con gusto.

Después del almuerzo, los estómagos de las cuatro bellas damas estaban totalmente hinchados. Se sentaron de nuevo en el banco para charlar.

Su conversación giró en torno al maquillaje, el cuidado de la piel y cosas por el estilo.

Las conversaciones entre damas siempre giraban en torno a estos temas.

En ese momento, Sabrina encontró un lugar apartado y llamó a Sebastian.

Después de pensar el tema durante el almuerzo, todavía sentía que debía contarle a Sebastian sobre la situación en Isla Estrella. Después de todo, cuanta más información él tuviera, más posibilidades tendría de conseguir la victoria.