Castigado por su amor romance Capítulo 928

El tono de Sebastian sonaba increíblemente sombrío. "¿Y qué? ¿Creías que tenía que informarte sobre el hecho de que ya estoy aquí?".

El Viejo Amo Shaw inhalo una bocanada de aire frío.

Después de hacer una pausa, preguntó: "Realmente has respondido a mi llamada como si no estuviera pasando nada".

El tono de Sebastian era tranquilo: "¿No se inventó el teléfono para facilitar la comunicación?".

El Viejo Amo Shaw dijo: "Pero tú... Nunca usaste ningún arma. No tomaste ningúna acción".

Sebastian sonrió tranquilamente. "No traje ningún arma".

"¡Tú!". El Viejo Amo Shaw estaba aún más sorprendido. "Tú... no me digas...".

"Así es, solo traje a mi esposa e hija, al igual que a mi guardaespaldas, Kingston. Solo hemos venido nosotros cuatro a Isla Estrella", dijo Sebastian.

El Viejo Amo Shaw se quedó sin palabras.

Como conocía a Sebastian, pensó que él no pondría un pie en Isla Estrella tan a la ligera, a menos que ya estuviera seguro de su victoria.

¿Isla Estrella ya había caído en manos de Sebastian antes de que llegará allí?

¿Cómo era eso posible?

Después de todo, Alex Poole se había asegurado de que Harry tuviera mucha cantidad de armas disponibles, así que, ¿cómo podría Sebastian haber derrotado a Harry sin siquiera intentarlo?

Mientras el Viejo Amo Shaw se hacía estas preguntas, la tranquila voz de Sebastian se escuchó de nuevo. "Lo hice todo sin que nadie se diera cuenta".

El Viejo Amo Shaw se quedó sin palabras.

"Viejo Amo, ¿hay algo más?". Sebastian mantenía continuamente un sentimiento de respeto hacia el Viejo Amo Shaw. No importaba lo que el Viejo Amo Shaw le hiciera a Sebastian, éste nunca se había enfadado con él.

Una vez que colgó, Sebastian miró la vieja casa que estaba frente a él.

Era la antigua casa de su madre. La casa era mucho más pequeña que la Mansión Poole. Sin embargo, aún podía considerarse lujosa en Isla Estrella. Aunque en este momento estaba en un estado de deterioro. Nadie había estado allí durante décadas, y estaba desolada y llena de maleza.

Sebastian miró aquel lugar desolado.

Junto a él había algunos subordinados que lo ayudaban.

Ya llevaban un día entero ahí.

Ahora, el cielo estaba muy oscuro y no había electricidad para alumbrarse. Incluso el uso de linternas no era muy conveniente.

Kingston le dijo en voz baja a Sebastian: "Joven Amo, regresemos por ahora. Mañana, haremos que nuestros hermanos recorran bien la zona".

Sebastian asintió. "¡De acuerdo! ¡Vamos de regreso!".