Castigado por su amor romance Capítulo 929

Cinco coches negros se detuvieron afuera del lugar. En el momento en que Sebastian se fue y subió a un coche, alguien le dio un informe.

"Joven Amo, la Joven Señora y la pequeña princesa se encuentran bien en este momento. La Familia Payne no les ha hecho nada malo".

Sebastian dijo: "De acuerdo".

"Según nuestros informes, Holden preparó la mejor habitación para la pequeña princesa y la Señora, y ahora están durmiendo. Escuche…".

El subordinado se detuvo en medio del informe.

Kingston dijo: "¿Qué escuchaste? Solo dilo".

Entonces, el subordinado dijo: "Escuché que la pequeña princesa golpeó a la Señorita Selene, que es invitada de la Familia Payne, hasta que su cabeza quedó hinchada y llena de moretones".

"Oh". Kingston dejó escapar una risa.

El subordinado no se atrevió a hacerlo.

Después de todo, el subordinado no estaba tan familiarizado con Sebastian como Kingston.

Después de eso, Kingston dijo: "Continúa...".

"Sí, incluso escuché algo más. La pequeña princesa realmente… realmente usó a Holden Payne como un caballo, y el hombre se arrastró voluntariamente por el suelo. Escuché que incluso ella se sujeto de sus orejas, y las llamó orejas de cerdo…".

"¡Ja, ja!". Ahora, Kingston finalmente no pudo contener más la risa.

Mientras reía, dijo: "Así es Aino, definitivamente. ¡Solo Aino puede hacer algo así! ¡Jajaja, esto es demasiado divertido! ¿Por qué me siento tan feliz al escuchar que Holden actúa como el sirviente de la pequeña princesa? Además, Selene, la... La Familia Lynn tiene demasiada mala suerte. ¡Jajaja, son muy desafortunados!".

Kingston no pudo evitar reírse.

Por un lado, el propio padre de la niña mantuvo una expresión tranquila.

El conductor pisó los frenos de inmediato.

El subordinado adentro inmediatamente preguntó: "Joven Amo, ¿cuáles son sus órdenes? Lo haré ahora mismo".

Aquellos subordinados no entendían a Sebastian en absoluto, pero habían escuchado hablar de su reputación por matar a ciertas personas con apatía, matar a personas sin moverse e incluso mientras sonreía.

Había todo tipo de rumores.

Aquellos subordinados miraban a Sebastian con respeto y una adoración cercana a la de un Dios.

Sebastian le indicó a su subordinado que permaneciera en silencio.

El subordinado no lo entendió, así que miró al guardaespaldas de Sebastian, Kingston.

Kingston no entendía por qué Sebastian había detenido el coche. Miró hacia la dirección en la que miraba Sebastian, y cuando vio el puesto, Kingston se quedó boquiabierto. "¿Nigel? ".