Cielo y Barro romance Capítulo 15

Noelia no quería que las cosas se salieran de control.

Agradeció a Martín por hablar y interceder por ella, pero al ver las miradas de los que estaban alrededor, temió que el asunto se saliera de control. Si eso sucedía, incluso la familia Cordero acabaría en las noticias de entretenimiento, siendo objeto de burlas y críticas del público.

La dignidad perdida sería algo que la familia Cordero tendría que recuperar, y, al final, la única perjudicada sería ella misma.

No quería causar más problemas en público; después de todo, no era para nada digno.

Noelia respiró profundamente y levantó la vista hacia los presentes. —Ya es tarde, voy a entrar.

Paola movió sus ojos de manera hábil, pero su mano seguía agarrada al brazo de Antonio.

—Señorita Noelia, ¿qué te ocurre? Ayer estabas bien, ¿por qué hoy te ves tan mal?

Miraba a la persona con expresión de preocupación y, como si fuera algo casual, preguntó: —¿Te sientes mal, o acaso...?

Paola hizo una pausa repentina a propósito, giró la cabeza para mirar a Antonio y, al ver que él no prestaba atención alguna a Noelia, bajó las pestañas. Después de un momento, dijo con dificultad: —¿O es porque Zac vino a buscarme anoche y eso te molestó?

Noelia al escuchar esto se sorprendió demasiado.

Miró a Antonio y vio que él la miraba apasionadamente, captando el mensaje en su mirada:

Que se callara.

Era evidente que él favorecía a Paola de una u otra manera y quería evitar que ella hiciera un escándalo en público.

Noelia, inicialmente, no quería empezar otro conflicto, especialmente después de una noche desagradable. Verlo ahora tan cercano a otra mujer solo causaba frustración y enojo.

Especialmente después de los rumores de que Antonio y Paola esperaban un hijo, el dolor en el corazón de Noelia era aún más agudo que de costumbre.

Pero, al ser observada por Antonio, sintió una humillación indescriptible.

¿Por qué debía ser así? Ante los ojos de los desconocidos, podría parecer la tercera en una relación.

Incluso Martín, que estaba al lado, percibió el tono irónico en su voz.

Notando así el desprecio en los ojos de Paola, Noelia, sintiendo un ardor doloroso en la cara.

Sí, en verdad no estaba tan tranquila por dentro.

¿Entonces merecía ser ridiculizada, ser objeto de burlas públicas por parte de Antonio?

Justo cuando Martín pensaba que Noelia iba a aguantar en silencio, vio cómo ella levantaba la cabeza, con un grito irónico respondió.

—¿Y tú qué?

Guardó silencio por un momento, y de repente se oyó a sí misma diciendo con calma: —Irte en plena noche a dejar a tu prometida por otra mujer, ¿eso te parece digno?

Interrogado, el rostro de Antonio se tranquilizó al instante, y con un tono de advertencia le recordó: —Noelia, te estás pasando.