Cielo y Barro romance Capítulo 72

Valentina dijo con desgano: —Sí, parece que una gran empresa se interesó por este lugar y, por conveniencia, también invirtió en transformar Río Verde en un resort. Eso fue lo que me motivó a pedir un préstamo y abrir un bed and breakfast, pero parece que todos prefieren ir al hotel en lugar de venir aquí.

Mientras hablaba, suspiraba y apoyaba su barbilla en la mano sin fuerzas. —Noelia, creo que mi abuelo tenía razón, parece que no estoy hecha para los negocios.

Valentina suspiraba repetidamente, pero Noelia no había imaginado que Río Verde fuera tan preciosa. Un pueblo pintoresco pero con poco que ofrecer, alejado de la ciudad y con instalaciones anticuadas, ¿y aun así lograba atraer inversores?

¿Valía la pena?

¿Podría acaso ser rentable?

—Valentina.

Noelia pensó por un momento y luego compartió las ideas que había estado acumulando: —¿Has pensado en promocionarte?

—No sé cómo hacerlo, solo sé hacer diseños—, respondió Valentina, sacudiendo la cabeza con frustración mientras se rascaba el largo cabello. —Ya lo había considerado antes, pero contratar plataformas o personal para la promoción es demasiado caro, Noelia, y ya sabes, incluso mi abuelo tiene que ayudarme con los préstamos. Es muy difícil.

—Yo se como hacerlo y puedo hacerlo.

Valentina se quedó sorprendida, y entonces escuchó a Noelia continuar: —Estudié mercadotecnia en la universidad. Aunque no se relaciona con mi trabajo actual, he visto muchos planes prácticos y podría usar mi experiencia para ayudarte.

Noelia hizo una pausa y se arregló un mechón de cabello detrás de la oreja. —También mencionaste que hay un competidor fuerte afuera. Entonces lo que necesitamos hacer es ver cómo podemos aplicar nuestras ventajas al máximo dentro de un rango razonable. No es fácil robar clientes de las grandes marcas, así que necesitamos hacer que los turistas vean cuáles son nuestros puntos fuertes.

Calculaba sin darse cuenta de los cambios en la expresión de Valentina. —Mencionaste que el resort está un poco lejos del pueblo y los visitantes necesitan tomar un transporte para salir, así que creo que nuestra ventaja es estar dentro del pueblo, cerca del muelle, lo cual es ideal para aquellos que disfrutan de la pesca nocturna.

En ese momento, los ojos de Valentina brillaron, y sin esperar a que Noelia terminara, agarró su mano. —¡Estoy dispuesta hacerlo!

Noelia se sorprendió por un momento, pero no apartó la mano de Valentina. Más bien, la situación cómica la hizo sonreír entre lágrimas, aunque temía darle demasiadas esperanzas a Valentina, porque competir con grandes empresas por clientes nunca era fácil.

Ella dijo: —Esto es solo una sugerencia, la implementación real depende de los preparativos posteriores. Valentina, no te apresures, necesito algo de tiempo.

Al menos por ahora, sus instalaciones realmente no podían compararse con las del área turística. Pero, en estos tiempos, aquellos que pueden darse el lujo de viajar ciertamente no carecen de dinero. Aquellos que eligen vacacionar en lugares remotos definitivamente buscan un entorno natural.

Es difícil competir con hoteles resort.

Lo que ella podía hacer era captar los puntos que realmente importaban para los visitantes, transformar sus desventajas en ventajas definitivas, y hacer que estos turistas quisieran gastar dinero en reservar su bed and breakfast en lugar de luchar desesperadamente por clientes con los hoteles resort.

Eso estaba decidido.

Pero Noelia nunca era alguien que actuara sin ideas claras.

Ella sabía que empezar de nuevo no era fácil, y necesitaba entender las estrategias del hotel resort antes de poder planificar más promoción para el bed and breakfast, por lo que antes de comenzar tenía que mantener la calma y no apresurarse.

Por otro lado, Valentina solía llevar frutas y café a la habitación de Noelia. —Noelia, tómatelo con calma.

Ella lo decía de manera calmada, pero Noelia podía ver la ansiedad en sus ojos. Después de todo, Valentina cargaba con un gran préstamo, y si llegaban a un punto de crisis y su negocio fracasaba, tal vez ni siquiera podría pagar el préstamo.

Cualquiera estaría preocupado en esa situación.

Noelia pensó por un momento y, viendo que Valentina se iba, no pudo evitar detenerla por el brazo, consolándola. —Confía en mí.

Valentina miró hacia ella sin entender, y Noelia levantó la vista y dijo con voz suave: —Si hacemos las cosas con cautela, seguramente podremos hacerlo.

Esa era su promesa.