Cinco años sin amor: El día que decidí ser yo misma romance Capítulo 19

Era raro que él se hubiera dado cuenta de que traía la misma ropa de ayer. Camila, aunque no lo mostrara, lo miró con una pizca de respeto renovado.

—Dejé mi bolso en tu carro. Ahí tenía el dinero y las llaves.

¿Y eso qué?

Leandro la miró con esa expresión de burla que tan bien conocía.

—¿No me digas que tuviste que dormir en la calle?

—Por poco —soltó Camila, con un dejo de ironía—. Menos mal que una persona amable me dejó quedarme en su casa.

—¿Una persona amable? —Leandro frunció el ceño, claramente dudando—. Supongo que esa persona también te prestó ropa para cambiarte, ¿no?

—¿O será que fuiste a otro lado? —remató con una mirada entre cortante y acusadora, analizándola de pies a cabeza.

Camila parpadeó, sin entender del todo a qué le estaba tirando.

—¿Y tú crees que a dónde tenía que ir?

—No deberías preguntártelo tú sola —le lanzó él, seguro de que ella había estado dónde no debía, como si le estuviera reclamando desde el pedestal de la moral—. Camila, no olvides quién eres. Ya basta de hacer escándalo por todo.

Camila sonrió, pero no era una sonrisa alegre. Una vez más, la acusaba de buscar problemas.

Parecía que, para Leandro, todo lo que ella hacía estaba mal. Pero de todos modos, si ya iba a dejarlo, ¿qué importaba lo que él opinara?

—Según lo que escuché del señor Ortiz, parece que anoche salí a buscarme un hombre —se aventuró a decir Camila, lanzándose una pedrada a sí misma.

Leandro tenía sus sospechas, y solo esperaba que ella misma lo confesara.

—Más te vale que no —le soltó, y en su cara se dibujó una mueca de asco—. Me parece repugnante.

¿Repugnante?

Camila intentó aparentar que no le importaba, pero el corazón le dio un vuelco doloroso.

¿Él, que mantenía a una amante, la llamaba sucia a ella?

¿Entonces él qué era? ¿El ejemplo de la pureza?

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