Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 257

No hizo falta volverse para saber quién era.

Angélica giró de inmediato y empujó a Martín: —Vas a lastimar al bebé.

—No voy a hacer nada, solo quiero abrazarte.

En la oscuridad, la voz profunda y sedosa resonó sobre su cabeza.

El abrazo de Martín era cálido, y Angélica dejó de empujarlo, ajustando su posición para acurrucarse en su pecho.

Sin embargo, pronto comenzó a sentirse incómoda.

No sabía en qué momento, pero Martín ya había metido la mano por debajo de su camisón, tocando suavemente su piel.

—Dijiste que no ibas a hacer nada. —Angélica presionó su mano traviesa.

—No voy a hacer nada, solo quiero besarte.

Angélica estaba a punto de decir algo, pero Martin la beso apasionadamente, dejándola envuelta.

Él llevaba puesta una camisa, y a través de la ligera tela, ella podía sentir el calor de su pecho.

Angélica sintió que era difícil resistirse, y temía que, si seguía así, realmente terminarían haciendo algo.

Justo cuando pensaba en detenerlo, Martín reaccionó a tiempo, soltándola, con sus ojos profundos conteniendo un deseo inmenso.

—Cuando nazca el bebé, quiero que me recompenses. —dijo en voz baja.

—¿Recompensarme por qué? —preguntó Angélica, confundida.

Martín sonrió con malicia y se inclinó hacia su oído para susurrarle algo en voz baja.

El rostro de Angélica se sonrojó de inmediato, y gracias a que no había luz, pensó que, si la hubiera, se escondería de vergüenza.

—Mejor sal de aquí, quiero dormir.

Ella empujó a Martín, insistiendo para que se levantara de la cama.

Martín sonrió suavemente y no siguió molestándola, pero dijo: —Mañana vamos a casa Solano.

Cuando estuvo en el hospital, Eleazar también la visitó varias veces, pero siempre fue detenido por los acompañantes de Martín antes de que pudiera entrar a la habitación.

Para él, cualquier persona que hubiera lastimado a Angélica, incluso si era su propio padre, no merecía ser recibida.

Angélica se sorprendió: —¿A casa Solano? ¿Para qué?

—Para recoger tu Padrón y obtener el certificado de matrimonio.

—

Al día siguiente, en casa Solano.

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