Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 255

En tres días, Nell habría recibido la noticia y ya tendría una forma de lidiar con ella.

Incluso si lograba detener a Nell, no ayudaría en nada.

¿No sería inútil entonces?

Celine estaba al borde de una crisis nerviosa.

Sin embargo, la persona todavía insistió en mantenerla allí, prohibiéndole que se fuera.

Sólo sería liberada después de tres días.

Después de la lucha inicial, Celine se calmó lentamente.

Miró a la dama frente a ella y pensó en las posibilidades que podrían suceder en los próximos tres días. De repente, sus ojos se iluminaron, como si tuviera una idea.

"¿Eres de la familia Garrett?".

Efectivamente, la dama de enfrente se movió incómoda.

"¡Disparates! ¡No tengo nada que ver con la familia Garrett!".

"No te creo. Si no eres de la familia Garrett, ¿por qué insistes en encerrarme aquí durante tres días? ¿Podrías ser Stephanie Garrett?”.

La dama resopló.

“¡Stephanie Garrett no es nada! Ella es sólo una niña bastarda no deseada, ¡no la compares conmigo!”.

“No revelaré mi identidad. Todavía tengo cosas que hacer, así que me marcho ahora".

Después de eso, se dio la vuelta y se fue.

Celine se puso nerviosa.

"¡No te vayas, déjame ir! ¿No sabes que encarcelar a alguien contra su voluntad es ilegal? Puedo demandarte".

La dama se detuvo en seco y resopló.

“¿Te das cuenta de que esto es ilegal? Pero no parece que entendiera esto cuando hizo lo mismo hace unos días".

Celine se quedó sin habla.

La otra parte se fue.

Se sentó en el suelo en agonía mientras su cerebro estaba a punto de explotar y sintió una opresión invisible. Celine estaba a punto de romperse.

Después de un largo rato, se relajó lentamente.

Apoyándose contra la pared, respiró hondo varias veces.

No, no podía darse por vencida.

Aún quedaba esperanza.

Esa persona no quería matarla. Mientras estuviera viva, pensaría en una forma de escapar.

Nell Jennings, ¡espera y verás!

¡Si ella pudiera escapar, personalmente la arrastraría fuera de ese lugar!

Por otro lado, Sally no podía localizar a Celine y eso la estaba volviendo loca.

No solo ella, sino toda la familia Jennings también estaba muy preocupada.

No había otra razón. Era porque la gente de la capital llegaba por la tarde para la negociación.

Ahora que solo quedaban unas pocas horas antes de que llegaran, Celine seguía desaparecida.

¿Cómo no estarían nerviosos?

Sylvia gritó: "Voy a preguntarle a esa perra de nuevo, pase lo que pase, esto es lo más importante ahora. Si ella no está dispuesta a decirlo, revelaré a los medios que escondió a Celine, ¡entonces veré qué hará entonces!".

Sally pareció avergonzada.

"¿Por qué no somos directos con ellos?".