Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 522

Ahora, el odio de Jada por Lucy creció. Sin embargo, Joel tenía sus ojos para esta última, y pasara lo que pasara, Lucy sería perdonada.

¿Qué le faltaba a ella que a Lucy no?

Jada estaba consumida por el odio y no podía esperar para destrozar a Lucy.

Mientras ella pensaba en esto, una expresión malvada cruzó su rostro y sus labios se curvaron en una sonrisa maliciosa.

¡Ella debe hacer que Lucy pague por esto!

En la Villa Montaña Fragante.

Como Joel había estado bebiendo, no podía conducir, por lo que pidió a su chófer que lo llevara a casa desde el bar.

Cuando él llegó a casa, decidió descansar un rato porque había bebido demasiado.

“Joven Amo”.

Al mismo tiempo, el mayordomo se le acercó a él.

“¿Qué pasa?”.

Con el ceño fruncido, Joel se pellizcó el puente de la nariz en un intento de aclarar su cabeza.

“Acerca de la investigación, tenemos los resultados con nosotros”.

El mayordomo dijo solemnemente.

Joel se volteó para mirarlo. Sus ojos eran tan oscuros como la obsidiana y exudaban un resplandor frío. Sin embargo, su mirada era tan amenazante que provocó una ola de inquietud en su oyente.

“¿Qué has encontrado?”.

“Hemos descubierto que el accidente de Lucy fue causado por alguien que manipuló el puente colgante antes. Fue por eso que te metiste en una situación peligrosa ese día”.

El mayordomo respondió respetuosamente.

En este punto, el mayordomo estaba asustado. El frenético latido de su corazón y su respiración constante parecían inusualmente obvios en este ambiente inquietantemente silencioso.

Era porque él sabía lo preocupado que estaba Joel por Lucy. Cuando él se diera cuenta de que el accidente fue en realidad una trampa, probablemente se pondría furioso.

“¿Encontraron al que hizo esto?”.

Joel miró al mayordomo intensamente.

Él tenía muchas ganas de saber la identidad del culpable. ¿Quién fue lo suficientemente diabólico como para intentar matar a Lucy?

Cuando Joel hizo esta pregunta, el mayordomo se quedó sin palabras.

Él guardó silencio por un momento.

“¿Por qué no estás hablando?”.

La expresión de Joel se tornó alerta ahora.

Él dejó de jugar con el ámbar que tenía en la mano y miró al mayordomo intensamente.

“Esto…”.

Grandes gotas de sudor corrían por las mejillas del mayordomo mientras murmuraba con miedo.

“¡Di algo!”.

Joel alzó la voz. Él también estaba enfurecido.

“Aún no lo hemos descubierto”.

El mayordomo tragó saliva después de responderle mientras se preguntaba qué pasaría con él a continuación.

“¿Qué?”.

Él no esperaba que su subordinado fallara en localizar la identidad del culpable. En este punto, estaba muy impaciente y frustrado.

“¿Cuál es el estado de la tarea que te dije que hicieras anteriormente?”.

Ahora que lo piensa, esa tarea tampoco era fácil. Él solo podía ordenar a sus subordinados que siguieran investigando y pasaría algún tiempo antes de que la verdad final fuera revelada.

“Eso ya está resuelto”.

“Entonces, trae más personas al equipo e investiga este asunto. No los culparé a todos ustedes hoy, pero si no hay ningún resultado concreto en el futuro, no me culpen si me vuelvo desagradable”.