Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 742

Después de todo, ¿quién hubiera pensado que un hombre tan joven, que parecía venir de la ciudad y tenía un alto nivel educativo, estaría conspirando con los traficantes de personas?

Las chicas solo habían pensado en él como un mayor que estaba de vacaciones, por lo que confiaban inmensamente en él.

Como resultado, debido a su confianza ciega en él, ellas mismos terminaron cayendo en una trampa.

Él al principio tampoco estaba preparado para apuntar a Yuliana Lynch.

Después de todo, el padre de Yuliana era un hombre de negocios y tenía algunos negocios en esta área.

Él también era de la ciudad natal de Yuliana. Como él todavía tenía a su madre y sus hermanos en casa, le preocupaba que, si se deshacía de Yuliana, su padre haría algo contra la familia de él.

Aunque había hecho un movimiento con Yuliana varias veces, no había actuado en consecuencia.

Ahora era diferente.

Esta vez, Yuliana fue la que salió corriendo por iniciativa suya, y antes de que él se la llevara, le había explicado que podía salvarla, pero solo si no se lo hacía saber a su padre.

Yuliana estaba tan concentrada en escapar del mar de la miseria en ese momento, ¿por qué lo pensaría dos veces?

Ella pensó que él tenía miedo de la ira de su padre, así que estuvo de acuerdo sin pensarlo dos veces.

Ahora parecía que lo tenía todo planeado. Mientras ella no dijera nada, su padre no se enteraría de que se la había llevado.

Cuando llegara el momento en que no pudieran encontrarla, todo lo que pensarían era que se había escondido para escapar del matrimonio, y no había nada que su padre pudiera hacer.

Incluso si su padre hubiera sospechado de él, esa persona solo tendría que negarlo. El Padre Lynch no tenía ninguna evidencia para demostrar que Yuliana estaba en su poder, así que al final, simplemente lo dejaría en paz.

De esta manera, él podría seguir saliéndose con la suya, mientras que Yuliana misma sería la miserable.

Si no la hubieran vendido a Gregory, ¡no podía imaginarse cuáles serían las consecuencias!

Mientras pensaba en esto, ella volteó un poco los ojos y miró hacia afuera.

En el césped, no muy lejos, salió un hombre vestido con una camisa negra de manga larga y estaba parado allí mientras le daba instrucciones al Sr. Osborne.

El Sr. Osborne se quedó allí con una postura muy respetuosa y humilde. Su cabeza estaba ligeramente baja y sus manos estaban colocadas frente a él, ligeramente cruzadas y entrelazadas.

El hombre parado frente al Sr. Osborne era alto y erguido, y como estaba demasiado lejos, ella no podía verle la cara.

Por la forma en que estaba parado, ella sintió vagamente que él podría ser el hombre que la había traído de vuelta antes.

¿Cómo podría un hombre, que nació en un pueblo pequeño y todavía necesitaba depender de la compra de una mujer, tener un castillo tan grande y un mayordomo como el Sr. Osborne?

Yuliana no conocía la verdadera identidad de Gregory en ese momento y ni siquiera había visto su rostro real, por lo que su corazón estaba lleno de preguntas.

Sin embargo, estaba claro que Gregory no tenía intención de explicárselo.

Él le instruyó al Sr. Osborne con voz profunda: “Mañana, consigue que alguien la envíe de regreso a China. En cuanto a quién elegir, puedes decidir tú mismo”.

El Sr. Osborne fue tomado por sorpresa.

Él originalmente pensó que una mujer que podía seguir a Gregory debía tener cierta identidad.

Incluso si ella no era la futura Sra. Graham, debía ser su amorío o algo así.

Si eso todavía no fuera así, ¡una compañera de juegos sería suficiente!

Aunque ella no podría vivir en el castillo, ¡al menos probaría que la sexualidad del Joven Amo todavía era normal y que el Joven Amo aún podría tener descendencia!

Sólo entonces Gregory le dijo que esta mujer había sido comprada.

Eso significaba que Gregory no tenía absolutamente nada que ver con esta mujer.

La razón por la que había traído a la persona de regreso se debía simplemente al entorno caótico aquí, y no podía dejarla sola al costado del camino para que la secuestraran y la vendieran nuevamente.

Gregory era demasiado vago para preocuparse, así que simplemente le pidió al Sr. Osborne que la enviara de regreso a China.

Una vez que la llevaran, ¿qué quedaría?

Las esperanzas del Sr. Osborne, que habían aumentado con dificultad, se vieron repentinamente arruinadas y su corazón se heló hasta los huesos.