Déjame ir, mi marido mafioso romance Capítulo 426

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Punto de vista de Ryder.

Era otro fin de semana, y estaba absorto en mi trabajo en la computadora portátil cuando mi teléfono sonó de repente. Ver el nombre de Bella en la pantalla me hizo sonreír. A pesar de estar ocupado como propietario de una empresa multimillonaria y líder en el mundo de la mafia, siempre encontraba tiempo para Bella. Ella ocupaba un lugar especial en mi vida.

Equilibrar mi papel como rey de la mafia y dirigir un negocio exitoso a menudo me mantenía ocupado incluso los fines de semana. Había trabajado duro y me había dedicado a construir mi propia pandilla de la mafia a una edad temprana, ganando finalmente el título de Rey de la Mafia. Sin embargo, aún lograba encontrar momentos de diversión saliendo con amigos, yendo a clubes y teniendo encuentros casuales con mujeres. Creía en vivir la vida al máximo.

Pero este fin de semana en particular, tenía un trato importante que requería mi atención, así que había elegido quedarme en casa. La llamada de Bella interrumpió mi trabajo, y contesté, tratando de mantener un tono profesional.

-¿Qué pasa, Bella?- Pregunté bruscamente mientras seguía trabajando en mi computadora portátil.

-¡Se suponía que debías recogerme, y he estado esperando media hora!- La voz de Bella sonó a través del altavoz, llena de frustración.

¡Oh mierda! ¡Olvidé por completo nuestros planes! Exclamé para mí mismo, dándome cuenta del error que había cometido al estar consumido por el trato importante en el que estaba trabajando. Este fin de semana se suponía que era la despedida de soltero de Alex, y le había prometido llevar a Bella conmigo. Asistir a la fiesta sin ella estaba fuera de discusión, ya que a Alex realmente le gustaba y la había invitado específicamente. Bella no era la típica chica femenina; disfrutaba salir con mis amigos y tenía un carácter un tanto masculino.

Sintiéndome arrepentido, marqué rápidamente el número de Bella y me disculpé, -Lo siento mucho, Bella. Me olvidé por completo. Dame unos minutos y estaré allí para recogerte.

Bella bufó en respuesta, claramente frustrada, pero sabía en lo más profundo de mi ser que ella entendería. Siempre había sido comprensiva, incluso cuando cometía errores. Decidido a compensarla, terminé rápidamente mi trabajo, agarré las llaves de mi coche y salí apresuradamente por la puerta.

-Estoy en camino. Solo espérame,- le aseguré, apresurándome a prepararme. Rápidamente me cambié a un par de jeans y un saco, queriendo lucir presentable para la ocasión. Ver a Bella los fines de semana se había convertido en un ritual preciado para mí, y no podía esperar para ver su sonrisa contagiosa una vez más. Ella traía tanta vitalidad y alegría a mi hogar con su risa y dulce voz.

Mientras conducía hacia el lugar de Bella, no pude evitar reflexionar sobre nuestra amistad única. Ella era diferente a cualquier otra chica que hubiera conocido. Nunca me exigía nada ni hacía berrinches. Nuestro vínculo era puro y desinteresado, y apreciaba cada momento que pasábamos juntos.

Extrañaba el brillo en sus brillantes ojos, que se iluminaban con emoción infantil cada vez que hablaba. Era como una niña pequeña, y solo pensar en ella me hacía sonreír. No había forma de que fuera a la fiesta de Alex sin ella a mi lado.

Conduje mi coche un poco más rápido, ansioso por llegar a su residencia universitaria. Tan pronto como llegué, salí apresuradamente del coche y corrí hacia el edificio. Bella estaba esperando afuera de su habitación en la residencia.

-Finalmente encontraste tiempo para venir,- dijo sarcásticamente, rodando los ojos.

-De acuerdo, ahora que terminaste de burlarte de mí, ¿podemos ir?- respondí, ligeramente molesto por su comportamiento malcriado.

Ella no dijo nada, pero en lugar de eso pasó junto a mí hacia el estacionamiento. Ambos nos subimos a nuestros respectivos coches y nos dirigimos hacia el lugar de la fiesta. Después de un rato, llegamos al club donde Alex estaba organizando la fiesta.