Después de la Enfermedad, Renació el Amor romance Capítulo 38

Ximena pidió el día siguiente libre a Valentín y se metió en la cama a descansar, cubriéndose la cabeza.

Ella entendía lo frágil que era su cuerpo, y no iba a hacer esfuerzos innecesarios para aparentar fortaleza.

...

A las diez de la noche.

Diego volvió a Villa La Estrella.

Al abrir el armario de los zapatos para sacar las pantuflas, se detuvo por un momento.

Sus ojos negros recorrieron las estanterías de arriba abajo.

Ximena tenía un carácter frío y sereno, pero era muy exigente con la vida. Le gustaba todo lo que estuviera lleno de vitalidad. Incluso las pantuflas más sencillas le gustaba comprarlas en colores vivos.

Normalmente, ponía varios pares de pantuflas de colores como amarillo suave, verde elegante o azul vintage junto a las de tonos oscuros, grises y blancos.

Era difícil pasarlas por alto.

Por eso, ahora que se dio cuenta de que no quedaban esos colores brillantes, el armario se veía más sombrío.

Eva se adelantó y tomó el traje de Diego: —Señor Diego, ha vuelto.

Diego cerró la puerta del armario: —¿Y sus zapatos?

Eva miró el armario y, tras pensarlo un momento, dijo: —La señora Ruiz estuvo aquí y me pidió que los tirara. Probablemente quiera cambiarlos por un modelo nuevo.

Diego pensó que esa era una posibilidad.

Tal como había supuesto.

Ximena no había vuelto.

Diego, mientras se quitaba la corbata, sacó el celular y echó un vistazo.

El mensaje de Instagram que le había enviado a Ximena dos horas antes tampoco había recibido respuesta.

No sabía si era porque se sentía mal o si estaba ocupada y no había tenido tiempo de responder.

Sin embargo, no le importaba demasiado.

Él ya le había dado una salida, ¿no?

...

Ximena descansó un día y volvió a su puesto de trabajo.

Zenith Innovations había terminado un proyecto y firmado nuevos contratos, entre los cuales uno pertenecía a una empresa de tecnología y manufactura bajo el Grupo InovaTech, que sería fabricado por la Corporación Vanguardia, también del Grupo InovaTech.

Ximena no explicó nada y se dirigió a ver las muestras proporcionadas por Corporación Vanguardia. Con su carácter sereno, pero concentrado y meticuloso, hizo algunas preguntas clave sobre datos técnicos relevantes.

Fue entonces cuando el jefe Ángel comenzó a tomarla en serio.

¡Resulta que era bastante profesional!

El hecho de que la subordinada del jefe Beatriz fuera tan competente explicaba por qué había sido elegida para encargarse de todo en lugar de Beatriz.

El jefe Ángel cambió su actitud, comenzó a comunicarse de manera más formal y respetuosa con Ximena.

Beatriz observó a Ximena, quien hablaba con tal pasión y dedicación sobre la industria, y no pudo evitar sentirse orgullosa. Esta era la Ximena que conocía: talentosa, resiliente, fuerte y tranquila.

No pudo resistir la tentación de tomar una foto de Ximena conversando con el jefe Ángel y subirla a Instagram.

Justo cuando el jefe Ángel estaba a punto de llevar a Ximena a la sala de muestras para una inspección más detallada, la puerta del salón de conferencias se abrió. Ximena levantó la vista y vio a Carmen entrando desde afuera.

Carmen, con una mirada fugaz hacia Ximena, luego dirigió su atención a Beatriz y, con elegancia, la saludó: —Jefe Beatriz, buenos días.

Pensó que no era necesario saludar a Ximena, quien la consideraba más como asistente o secretaria.

Beatriz forzó una sonrisa, tratando de disimular el malestar, y preguntó: —¿Y tú quién eres?

El jefe Ángel rápidamente se levantó para hacer la presentación: —Esta es Carmen, señorita Carmen, ¡es la novia de nuestro jefe Diego!