Después de la Enfermedad, Renació el Amor romance Capítulo 55

—¿De verdad? —Valentín miró a Carlos con una expresión significativa: — Parece que tienes bastante admiración por el creador del Halcón X2.

Carlos: —Jefe Valentín, ¿quién no admiraría a un genio de su calibre?

Lo dijo no solo porque realmente lo admiraba, sino también con la esperanza de conseguir una oportunidad de colaboración. Zenith Innovations era, sin duda, la empresa con mayor potencial de futuro.

Su padre siempre le había dicho que una buena relación con Valentín era una apuesta segura.

Ximena no dijo nada, permaneció tranquila y distante, como siempre.

La fascinación por el poder y el deseo de obtener ganancias fueron naturaleza humana.

Estiró la mano para tomar una servilleta, y sin previo aviso, la mano grande, con nudillos marcados, que venía de enfrente, rozó la suya. La yema de sus dedos, cálida, la apretó sin querer, tocando su dedo.

Como una descarga eléctrica, Ximena levantó la vista.

Diego también la estaba mirando, pero su expresión era bastante tranquila. Al encontrarse con sus ojos, que temblaban ligeramente, él mantenía su compostura.

Parecía no haberse dado cuenta de la incomodidad de Ximena, y retiró su mano con naturalidad.

Ximena retiró la mano, pero aún podía sentir la sensación de ese toque.

Calor y un cosquilleo persistente, una sensación molesta que no desaparecía.

Frunció el ceño.

Diego había estado evitando cualquier contacto físico con ella durante toda la noche. ¿Cómo es que, justo en ese momento, había sucedido algo tan casual?

¿Acaso pensó que ella había provocado el contacto accidental?

Ximena frunció los labios, sin mostrar su desconcierto.

Nadie más se dio cuenta de ese pequeño incidente.

En ese momento, Carmen, con una actitud segura pero no arrogante, dijo: —Siempre he admirado el Halcón X2, es el objetivo al que aspiro en mi especialidad. De hecho, antes quería ingresar al equipo de proyectos del jefe Valentín, para poder aprender de él. Pero estoy segura de que, en el futuro, todavía tendré la oportunidad de colaborar con él.

Su capacidad era su fuente de confianza.

En el futuro, ella sería capaz de liderar un equipo para desarrollar un producto similar al Halcón X2.

Esta vez, Valentín no pudo evitar sonreír: —Bueno, entonces le deseo a la señorita Carmen que se cumplan sus deseos.

Pero ellos no sabían.

El objetivo y el ideal por los que tantas personas luchaban con todas sus fuerzas.

Ana de inmediato se percató de cómo Ximena le servía pastel y le vertía jugo a María. Frunció el ceño y, molesta, empezó a mirar a Ximena.

Ximena se dio cuenta, pero no le devolvió la mirada.

Ana, contrariada, se sintió incómoda. ¿Qué le pasaba a Ximena? Normalmente, nunca olvidaba cuidarla, pero hoy no la miró ni una sola vez durante todo el rato.

Después de que Carlos había elogiado y reafirmado la capacidad de Carmen, miró a Ximena como si, sin querer, dijera: —Señorita Ximena, la carne se ha acabado, ¿podrías poner más y, además, pásame esa botella de vino, por favor?

De repente.

El ambiente se calmó por un momento.

Ximena lo miró con indiferencia.

Gabriel echó un vistazo a Ximena y dijo: —Este tipo de cosas no deberían ser tarea de la señorita Ximena.

Eso era algo que debería hacer el camarero.

Valentín y Ximena se dieron cuenta al instante de lo que Carlos estaba insinuando.

Carlos había elogiado a Carmen como una prodigio y alguien con gran futuro, pero en cuanto le dejó hacer estos pequeños trabajos, estaba claramente diciéndole algo.