Después de la Enfermedad, Renació el Amor romance Capítulo 63

—Como quieras. —Diego la miró fijamente por un momento y se ajustó la corbata.— Si la abuela pregunta, solo explícale bien la situación.

Ximena lo entendió de inmediato.

Era solo para manejar las quejas de doña Lorena por no prestarle suficiente atención.

Después de bajar las escaleras, doña Lorena ya había regresado de hacer ejercicio.

Por la mañana, había preparado para Ximena una sopa para fortalecer el cuerpo, y Ximena, no queriendo que el esfuerzo de doña Lorena fuera en vano, aguantó su malestar y bebió un poco.

—Diego, ve con Xime. —dijo doña Lorena.

Diego se detuvo y miró hacia Ximena.

Ella recordó la llamada telefónica de esa mañana: —No, abuela, tengo que ir en la dirección opuesta por un asunto.

Doña Lorena echó un vistazo a Diego, quien claramente no respondió.

Se dio cuenta de que él no tenía intención de acompañarla y se sintió muy enojada.

Ximena sabía que Diego iba a recoger a Carmen.

Además, el recuerdo de haber sido abandonada en el camino hacía unos días aún estaba fresco; no quería experimentar eso una segunda vez.

Saliendo de casa con Diego.

Ximena aprovechó que el mayordomo y doña Lorena habían regresado para decirle a Diego, que estaba al celular de espaldas a ella: —Estaré muy ocupada de ahora en adelante, no volveré aquí.

Ximena pensó que, dado que ya estaban divorciados, ya fuera que doña Lorena pudiera manejarlo o no, ser llamada constantemente de vuelta siempre sería incómodo con Diego.

Esperaba que Diego pudiera resolver esto pronto.

Por supuesto.

Ella podría encontrarse con doña Lorena en privado.

Aunque ya no eran esposos, no había necesidad de herir el corazón de doña Lorena.

Diego se giró justo cuando Ximena subía al carro para irse.

Frunció el ceño.

Desde el celular, Carlos, con voz sorprendida, dijo: —¿Eh? ¿Ximena te está amenazando para que no la lleves a casa?

—¡Ella ha sido bastante astuta últimamente!

Era simplemente un cúmulo de llanto, amenazas y suicidio.

Diego respondió con indiferencia: —No importa.

...

Ximena regresó a casa por un momento, se maquilló y arregló antes de ir a la oficina.