Después de la Enfermedad, Renació el Amor romance Capítulo 69

Cuando Ximena despertó, se sintió completamente débil y sin fuerzas. Se movió un poco y de inmediato escuchó la voz sorprendida de María: —¡Ximena, has despertado! ¿Todavía sientes algún malestar?

Ximena miró de reojo.

—¿Cómo...?

María la ayudó a sentarse: —Gabriel y yo te trajimos al hospital. Él fue a buscar tu informe médico; nos preocupamos porque te sintieras mal, así que decidimos hacer una revisión completa...

—¿En qué piso estamos? —Ximena palideció y se levantó de la cama.

María se sorprendió por un momento: —Estamos en este mismo piso.

Sin importarle su malestar, Ximena se apresuró a salir.

Corrió directamente a la zona de impresión automática del mismo piso.

Como era de esperar, vio a Gabriel. La impresora frente a él estaba sacando el informe.

Ximena corrió hacia allí y arrancó el informe de la impresora, apretándolo en su mano.

Sorprendido, Gabriel preguntó: —¿Ya despertaste? ¿Cómo saliste?

El corazón de Ximena aún no se había calmado, y sus labios estaban muy apretados: —¿Dónde está mi documento de identidad?

Gabriel, al ver su mirada fría, se quedó atónito por unos segundos antes de entregárselo: —Lo siento, fue una emergencia, no tuve tu permiso para buscar en tu bolso y tomar tu carnet.

Ximena lo observó y no vio nada anormal, lo que le permitió respirar aliviada momentáneamente.

No podía y no se atrevía a decir nada.

Si Gabriel se enteraba de su enfermedad, Diego también lo sabría.

Entonces, una serie de efectos mariposa que no podría manejar se desencadenarían.

Si Diego conociera la verdad, seguramente no le permitiría mantener la dignidad. Si encontrara a Elena y Abelardo para usar su enfermedad terminal como razón para divorciarse, y no quería enfrentarse a esa situación.

—Gracias. —Ximena no era una persona que no distinguiera el bien del mal,— ¿Cuánto es la factura médica? Te la transferiré.

Gabriel notó su distanciamiento y frunció los labios: —No es necesario, es poco dinero. Todavía te ves pálida, ya que el informe está listo, ¿por qué no consultas al médico?

—Es solo fiebre, un problema menor. —Ximena rechazó.

Gabriel la miró complicadamente: —Pero estabas gritando de dolor mientras estabas inconsciente...

Ximena, delgada y frágil, incluso en un estado de inconsciencia no pudo evitar encogerse y adoptar una posición de autodefensa, murmurando suavemente y con delicadeza.

¿Qué tan doloroso debe haber sido para que reaccionara de esa manera?