Después de la Enfermedad, Renació el Amor romance Capítulo 82

Carlos estaba completamente sorprendido: —¿No fue el jefe Valentín quien desarrolló el Halcón X2? ¿Quién más podría ser un genio además del jefe Valentín?

Carmen también estaba sorprendida.

Siempre habían sabido que el desarrollador del Halcón X2 era alguien de la nueva generación, pero dentro de esa generación, además de Valentín, con su talento excepcional, no había nadie más con la misma capacidad.

Además, Valentín era el único hijo del académico Lorenzo.

Por todas estas razones, estaban convencidos de que él era el desarrollador del Halcón X2.

—¿Será que el jefe Valentín está bromeando?— Carmen se mostró levemente sorprendida y luego rio ligeramente. —En el círculo nacional, nunca he escuchado de alguien con el mismo nivel que el jefe Valentín.

Diego miró a Valentín con aire pensativo.

No dijo nada.

A un lado, Alonso frunció el ceño: —Jefe Valentín, no sea tan modesto, después de todo, el Halcón X2 es un producto de la industria militar, no creo que su razón sea tan convincente.

Valentín simplemente posó su mirada en Carmen, la inspeccionó sin que se notara, y luego dijo: —No hay mentira en lo que digo.

Carlos respiró profundamente.

¡Esto realmente era un cambio de paradigma!

Si no era Valentín, ¿quién más en el campo podría ser el experto?

Carmen apretó los labios. —Entonces, ¿el jefe Valentín podría, quizás, hacer una recomendación?

Esta vez, Valentín esbozó una sonrisa enigmática: —¿Recomendar...? No es necesario.

La persona había estado siempre frente a ellos.

Pero lamentablemente, nadie se atrevía a adivinarlo.

En ese momento,

Ximena dio una vuelta por el lugar, entendió el nivel técnico general del país y luego regresó.

Al acercarse, se dio cuenta de que Valentín estaba acompañado por Diego y los demás.

Solo que...

Ximena desaceleró sus pasos y su mirada se detuvo en Carmen.

Diego la miró de reojo y Carmen también giró su cuerpo hacia ella.

Por un momento, parecía que todo se había quedado en silencio.

Hasta que Alonso frunció el ceño y, sin entender, preguntó: —Ximena, ¿cómo es que llevas la misma ropa que la señorita Carmen?

Todas las miradas se posaron sobre ellas.

¡Ambas vestían el mismo vestido largo de cola de sirena de color lavanda!