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DESVIADO (COMPLETO) romance Capítulo 37

Luego de aquel excitante momento con Zerek no paso más nada, él solo se fue dejándome en su oficina totalmente solo y avergonzado, no sé que pensar, pero cada vez estoy más confundido porque me toca para después tratarme igual, supongo que soy el único que le da valor a esas situaciones.

Al final el grupo de ayuda comunitaria decidió hacer una fiesta y comprar las entradas para recaudar fondos, fue un total éxito porque las vacaciones comenzaron ayer y mucho decidieron comprar los boletos en forma de despedida a tanto agobio por los exámenes finales.

Yo soy el encargado de cobrar las entradas y estoy muy feliz con mi puesto, todos parecían muy divertidos y borrachos lo cual es genial porque más dinero para la caridad, pero no es mi tipo de ambiente.

— Hey Brenda me dijo que querías ir al baño así que yo te cubro mientras— dijo una de las chicas del grupo.

No recuerdo su nombre, pero agradecí de inmediato, fue al baño e hice mis necesidades con tranquilidad, es sorprendente como un lugar que pueda esconder el sufrimiento de miles de universitarios hoy se convierte en punto central del descontrol.

Iba a regresar a mi labor cuando note que de la oficina de Zerek se escuchaban cosas rompiéndose, no dude de apresurarme a ver que era lo que pasaba y me sorprendió ver Zerek lleno de furia.

— Hey, cálmate que si alguien te ve...—me interrumpió.

—¿Qué me van a hacer? Sé realista todos cierran sus bocas cuando escuchan mi apellido— me recordó con frialdad.

En su mirada no solo había enojo, había una mezcla de desesperación e impotencia.

— ¿Qué paso? — pregunté.

Se acercó a su escritorio y me pasó un pequeño sobre que contenía una carta en ella, por la forma en la que se veía la escritura a mano puedo decir que se trata de alguien joven, no aguante la curiosidad y leí.

Para: Mi príncipe

De: Su princesa.

Hace mucho tiempo que no nos vienes a visitar y estoy muy triste, papá hizo algo malo y le conté a mamá, ella dijo que seguro fue un mal sueño que papá no es así. Tú siempre me dices que soy una princesa y que me veo fea cuando lloro, pero no puedo aguantar las lágrimas cada vez que me acuesto en mi cama.

Tengo miedo porque mi puerta está abierta todas las noches ¿Y si papá se vuelve malo de nuevo? No quiero sentir sus manos sobre mí tocándome como si fuera mamá, tengo miedo y aunque quiera gritar no tengo voz. Lo único que puedo hacer es cerrar los ojos y esperar que todo sea una pesadilla como dice mamá.

¿Tú me crees príncipe?

— ¿Recuerdas que te pedí que recogieras una muñeca? Es para Lara, es mi prima de 11 años y desde que nació ha sido lo más preciado que tengo, ella me ve con su príncipe azul, pero... la dejé sola, él le hizo daño— lo interrumpí.

No sé en qué momento, mis lágrimas comenzaron a salir, pero no dude ni un segundo de abrazarlo, no me importo que mi camisa se mojara con sus lágrimas porque lo único que quiero es tener todo el sufrimiento que él siente para nunca verlo triste.

¿Esto es lo que significa amor?

— ¿Qué carajos pasa? — cuestionó el hombre molesto.

La mujer no se veía molesta, parecía aliviada lo cual me hizo sentirme confundido hasta que una idea me cruzo por la cabeza, está claro que una niña de 11 años aún no puede mandar una carta sin la compañía de un adulto. ¿Será que fue la mamá la que la mando?

— Sabemos todo y no vamos a permitir que siga haciendo tales asquerosidades a una niña, se está procesando una denuncia en su contra en estos momentos por agresiones a una menor de edad— le informé mientras le mostraba en el celular de Zerek el documento firmado por un juez, no sé cómo Zerek lo consiguió en tan poco tiempo.

El hombre se acercó a mí de forma violenta, su puño se dirigía a mi rostro, pero la mujer lo detuvo.

— No te hagas la víctima, al principio te creí y ese fue mi error, la niña nunca mintió tiene marcas en su cuerpo ¿Creíste que no me iba a dar cuenta? Tenía miedo porque no soy nadie, no tengo dinero ni estudios, pero no voy a permitir que sigas haciéndole daño a mi niña ni a mí— dijo la mujer.

Aquel hombre permaneció en silencio por unos minutos antes de hablar.

— ¿En serio le vas a creer a Lara? Yo no le hice nada, ella fue la que me busco y me provocó...—no deje que terminara aquellas asquerosas palabras.

Mi puño golpeó su cara con tanta fuerza que sentí que mis ligamentos se rompieron al igual que su nariz.

— Di una palabra más y no me importará meterte un palo por el culo— lo amenacé cuando lo vi lloriquear por su nariz.

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