Agus
Me levanté cuando el sol comenzaba a fastidiar en mi rostro, la cama estaba vacía, pero había un delicioso olor a tocino así que baje de inmediato pesado que sería Connor porque él siempre me preparaba tocino cuando venía a mi casa.
Pero la realidad golpeó a mi cabeza cuando vi aquel hombre tatuado que mide como dos metros y que parece un sexy asesino en serie.
— Soy un imbécil— dije para mí mismo cuando recordé que Connor ni me había llamado luego que me fui del hotel ¿Tan insignificante soy?— Fiore no deberías colocarte hacer eso, ven déjame yo me encargo— pedí, pero este se negó, me agarró de mis brazos y me hizo sentarme en la silla.
Si este tipo me da una cachetada me manda para el inframundo de una.
— Está muy delgado, le voy a servir bastante porque si no come bien no tendrá fuerza— me regaño.
No pude contenerme, me reí, con ese delantal y esa actitud parecía una mamá.
— Me gusta mi cuerpo así y si engordo, mi trasero lo hará y a Connor le gustan los chicos delgados—dije sin pensar.
Aquel hombre me entrego un plato con mucha comida y me miró con desaprobación.
— Si le quieres gustar a alguien tienes que hacerlo con esto— coloco mi mano en mi pecho.
— ¿Con mi pezón?— pregunté.
—No, con tu corazón— me corrigió.
Me levanté la camisa y me miré el pecho.
— Tocará con el pezón porque corazón ya no tengo— me burle.
Ya se rompió y los fragmentos creo que mi estómago los destruyó o me los comí.
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Fiore me sigue a todos lados lo cual me hace sentir seguro me está acompañando a llevar los trabajos que tengo con algunos profesores solo me falta el de baile creativo y listo.
— Que maravilla, no te apareces nunca en mi clase y ahora quieres pasar la materia, joven salga de aquí ya le dije que perdió conmigo— dijo el profesor de inmediato al verme.
Que se note que me ama.
— Pero...—me interrumpió.
— No me importa si murió tu perro, tu papá o abuelo tuviste mucho tiempo para aparecer al menos una vez en mi clase y no lo hiciste— me reprochó.
Este hombre no tiene corazón, me agrada.
— Lo entiendo, sé que soy sinvergüenza pidiéndole otra oportunidad, pero ya solo me falta esta materia y sé que no me quiere ver semestre pasado, solo una oportunidad más— pedí.
El hombre miró a Fiore con cierto interés y luego a mí.
—Ven conmigo solo intenta seguirme— le pedí.
— Esa canción es muy deprimente para bailarla— me dijo.
Me coloque entre de él y acaricie lentamente su mejilla acercando nuestros rostros lentamente sintiendo mi corazón acelerarse por alguna razón.
— Siente la canción, muévete sin pensar, déjame guiarte y verás que tus pasos tendrán sentido— susurré mientras entrelazaban nuestros dedos.
Es difícil sentir algo sin pensar en la emoción, en mi cabeza solo había una persona que me hacía sentir todas las emociones juntas, Connor, la forma en la que me mira y me toca como si fuera especial eso me hace estremecer.
Tengo miedo de perderlo porque solo lo tengo a él aquel chico de ojos grises que me mostró que no solo hay una salida... pensar en el amor es algo muy ilusorio, pero a veces solo sientes que dejas de respirar para darle oxígeno a alguien más, me estoy ahogando y no hay nadie que de oxígeno a mis pulmones.
— Respira— susurró Fiore al ver que me había quedado quieto en medio apretando mi pecho.
¿Por qué tiene que doler tanto quererte?
— Creo que esto no va a funcionar— dije.
Fiore colocó sus manos en mi rostro y me miró de una forma que me hizo sentir tranquilo.
— Soy pésimo con esto, pero lo intentaré, te cuido porque es mi trabajo, pero también puedo ser tu amigo así que confía en mí— me pidió.
¿Amigo? Porque esa palabra me hace sentir especial, me hace sentir que por fin no estoy solo en medio de la multitud.
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