Zerek me demostró que no quiere que lo nuestro sea un secreto y con sus acciones eso se nota, pero ahora mismo siento que es fuera de lugar estar ventilado nuestra vida privada a personas que pueden volver todo un caos con pensamientos conservadores.
— Me está haciendo una entrevista para ver si soy capaz de ser partícipe de su investigación— mentí.
Zerek me miró sorprendido ante mi respuesta mientras la chica me notaba por primera vez mi presencia.
— Oh... lo siento por interrumpir, mi nombre es Jessie ¿Tú como te llamas?— me preguntó la mujer.
Me levanté de mi asiento y le ofrecí mi mano con amabilidad.
— Tarik y tranquila este puesto seguro es mi ¿Verdad Sr. Belenger?— le pregunté al hombre a mi lado.
Zerek asintió, pero no alcanzo a decir nada por qué apareció un chico alto, delgado, con un piercing en el labio, con el cabello rizado y ropa a la moda que lo hacían resaltar entre todos. Apuesto a que es modelo también.
— Jess los chicos tuvieron que ir a ayudar a Fred así que seremos solo nosotros hoy— dijo el chico.
Zerek se levantó de la mesa y a los recién llegados.
— ¿Quieren unirse a nosotros?— Cuestionó Zerek.
La chica sonrió y acepto con amabilidad mientras el otro chico simplemente subía los hombros sin interés. Los trabajadores del lugar trajeron dos sillas para nuestra mesa, la chica se sentó al lado de Zerek y el chico al lado mío.
Zerek se encargó de pedir la comida por nosotros diciendo que escogería los mejores platos, me sentí un poco extraño porque pensé que esto sería una cita dónde solo estuviéramos nosotros dos.
Jessi comenzó hablar con mi novio muy animada sobre experiencias de sus trabajos, me sentí fuera de lugar y tenía ganas de regresar a la universidad.
— Me gusta tu piercing— exclamó el chico a mi lado.
Automáticamente miré mis pezones y me sentí incómodo al ver que las argollas que había colocado hoy eran muy notoria pese a que mi camisa era ancha.
— Gracias supongo— dije con cierta frialdad.
Su mirada me hacía sentir fuera de lugar, él mira al mundo como si fuera un platillo de comida al que se quiere comer.
— Soy Dimitri ¿Y tú?— pregunto.
Zerek me miró de reojo, pero no dijo nada siguió hablando con emoción con la chica a su lado.
— Tarik ¿Eres modelo? — pregunté.
El chico con el piercing en el labio negó y se acercó un poco más a mí.
— Me halaga tu pregunta, pero siento decepcionarte soy diseñador de ropa — confesó, tendría sentido que lo sea porque su forma de vestir es muy genial— Y yo supongo que eres psicólogo porque estás aquí con este hombre, no leas mi mente— dijo antes de guiñarme el ojo.
Podría ser atractivo y todo eso, pero había algo en él que no me gusta.
— Tarde, ya la leí— dije tratando de bromear
Dimitri acercó su mano a mi pierna haciéndome sobresaltar ante el toque, Zerek me miró tratando de entender que pasaba.
— Ya que la leíste supongo que sabes que pienso de ti— dijo mientras apretaba su mano en mi pierna.
Aleje su mano, sintiéndome nervioso porque no entendía que estaba pasando.
— Tengo novio— susurré para que la chica no escuchará.
Dimitri iba a decir algo, pero la comida llegó haciendo que el centro de atención se fuera para esta por un momento.
— ¿Y? Me interesas tú, no tu novio— expuso sin vergüenza alguna.
Zerek escucho lo que dijo el chico a mi lado y de inmediato miro a este con enojo.
Detesto esto, duele que me rechazará y que todo lo que tenía de él ya no está. Benjamin terminó conmigo no sin antes golpearme la cara, no me queje porque lo merecía, hasta yo mismo me quiero golpear por ser tan idiota.
Los toques en mi puerta me hicieron salir de mi burbuja dónde el alcohol era mi único acompañante, me sorprendí al ver que era Jacob quien estaba detrás de la puerta.
— Lo sabía eres un desastre, esto de aquí se irá a la basura— me regaño aquel chico menor que yo.
Me quitó mi botella de alcohol y cerró la puerta ignorando mis quejas para que me devolviera lo que era mío.
— Jacob devuélveme eso— pedí enojado.
Este me ignoro y camino a la cocina para dejar caer el líquido de la botella en el lavamanos.
— Tengo más— admití mientras me alejaba para buscar en la bolsa que traje ayer en la noche, compré tanto alcohol que siento que moriré y no me daré cuenta.
El pelirrojo fue más rápido que yo y cogió la bolsa.
— No más— exclamó Jacob con seriedad lo cual sorprende porque ese chico es muy bromista— ¿Quieres volverte un alcohólico? — me cuestionó.
Me acerqué a este y lo mire de los pies a la cabeza sintiéndome impaciente por no tener una botella en mi mano.
— Tú no sabes nada de la vida Jacob, solo eres un niño así que quítate de mi camino antes que me enoje — le advertí.
Este sonrió con burla y dejo la bolsa con las botellas en la mesa y me arrastró con facilidad, porque mi estado de sobriedad no era nada bueno, me llevo al baño y me tiró a la ducha para luego abrir la llave dejando caer la fría agua sobre mi piel cubierta aún con ropa.
— ¡Qué carajos!— exclamé cuando el agua fría comenzó a caer con fuerza en mi cuerpo.
Aquel pelirrojo aumento la temperatura y me agachó a mi altura para verme.
— En todo mi cuerpo tengo marcas por culpa de un hombre drogadicto y alcohólico— comenzó a decir con frialdad— Podré ser un niño para ti, pero he vivido cosas que jamás un niño rico como tú vivirá, deja de dañarte a ti mismo y compórtate como lo que eres— expreso con enojo.
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