Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 1045

Yanny sostuvo el delgado brazo de él y le recordó: “Amo Shayne, casi lo olvido. Es ese tiempo del mes”.

Shayne frunció el ceño.

Yanny explicó: “Estoy en mi período”.

Su expresión se oscureció. Él la presionó contra el sofá y la miró con una mirada peligrosa. “¿Estás jugando conmigo?”.

Yanny lo miró inocentemente y dijo: “No me atrevería. No tuve la oportunidad de decirlo cuando me besaste. Cuando llegué a decirlo, tú…”.

Antes de que pudiera terminar, Shayne le tomó la barbilla y la besó profundamente.

El corazón de Yanny dio un vuelco.

Shayne fue a la cocina abierta y abrió la nevera. Echó un vistazo y no había nada dentro. Ni siquiera una bebida fría.

Los sentimientos de ira se apoderaron de él. '¿Ni siquiera agua fría?'.

Yanny se acercó y lo abrazó por la espalda. Ella parpadeó y se burló de él: “Siempre puedes usar el baño para refrescarte”.

Shayne no dijo nada.

De repente, la empujó contra la nevera. Era una nevera de tres puertas, pero la fuerza que ejerció hizo que la nevera se balanceara. El corazón de Yanny se apretó.

Él le retuvo los brazos y la presionó contra la puerta. Su alta complexión se inclinó y hubo otro beso profundo.

“¡Te daré una lección en unos días!”, dijo él con los dientes apretados.

Antes de que ella pudiera reaccionar, Shayne se volteó y fue al baño para refrescarse.

Yanny estaba parada junto a la nevera y se quedó sorprendida por un minuto. Sus labios todavía se sentían calientes.

Yanny tomó su celular e hizo un pedido de una caja de agua mineral.

Le envió un mensaje de texto a Cindy, [Regrese con Shayne de nuevo].

Cindy la bombardeó con signos de exclamación.

Yanny respondió: [¿Sorprendida?].

Ella no sabía cómo había sucedido.

Shayne Jinn había corrompido su mente, pero ella no iba a dejar que sucediera.

Cindy respondió: [Te acostumbrarás. Felicidades, querida Yanny por regresar con el soltero rico y apuesto].

Un buen y rico soltero como él era realmente raro en esta industria.

Después de escucharla, ella empezó a pensar que regresar con él podría traer más beneficios que desventajas.

Shayne salió del baño después de ducharse. El agua mineral acababa de llegar también.

Yanny llevó la caja a la nevera y Shayne se la quitó a medio camino.

“¿No está pesado?”. Él frunció el ceño y miró la caja.

Yanny preguntó: “¿No querías un poco de agua?”.

Shayne dejó la caja de botellas de agua al lado de la nevera. Yanny lo sacó de la caja y colocó algunas botellas en la nevera.

Ella le entregó uno y dijo: “Bebe y refréscate”.

Shayne miró la botella de agua con desprecio. Era de una marca común. Una marca de mercado que ni siquiera había tocado.

¿Siquiera era potable?

“¿No puedes conseguir algo mejor para tu novio rico? ¿Estás tratando de envenenarme?”.

Yanny permaneció en silencio.

¿Tenía que ponerlo de esa manera?

Yanny le quitó la botella y dijo con desdén: “Olvídalo entonces”.

¿Una botella cuesta ocho dólares y todavía no era lo suficientemente buena?

¿Quería agua hecha de oro?

Shayne frunció los labios y tomó de nuevo la botella de agua con una mirada fría. La abrió con indiferencia y tomó un gran trago.

Al segundo siguiente, Yanny sintió algo frío detrás de su cuello. Shayne le sujetó el cuello, bajó la cabeza y pasó la mitad del agua de su boca a la de Yanny.

Yanny casi se atraganta.

Bajo la tenue luz, Shayne la miró con una mirada profunda. Sus ojos estaban llenos de burla mientras decía: “No puedo ser el único envenenado”.

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