Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 131

El primer día que Verian llegó a trabajar en la Empresa Yash, Yanni organizó un trabajo para ella con su asistente personal, sorprendiendo a todo el departamento de diseño.

Cuando Verian estaba siguiendo a su asistente personal para realizar su trabajo de inducción, todo el personal del departamento de diseño susurró al respecto.

"Dime, ¿qué clase de apoyo tiene alguien como Verian Mont para tener a la asistente personal de Yanni Quain para hacerle la inducción personalmente para el trabajo?".

"Sí, pero no parece ser una diseñadora de renombre".

"¿Podría ser el asunto secreto de nuestro presidente Quain?".

"¿Pero no han dicho que han visto que la hija de la familia Yellen, Guin Yellen, venía a menudo a nuestra compañía para buscar al presidente Quain? La familia Yellen es una gran empresaria de la ciudad del norte. El Presidente Quain es bastante compatible con la Srta. Guin Yellen. Sin embargo, esta no se puede decir quién es”.

“Quién sabe, tal vez el presidente Quain estaba con la hija de la familia Yellen únicamente por una relación comercial. Esa Verian Mont podría ser una mujerzuela que el presidente Quain mantiene ahí fuera".

"En el mundo de los ricos, no carecen de amantes y mujerzuelas".

...

Verian siguió a la asistente Dan para completar su proceso de inducción laboral. Después de eso, sonó su teléfono celular y el identificador de llamadas mostró que era Guin.

De alguna manera se sentía culpable ya que no había pensado en cómo le iba a contar a Guin sobre esto.

Respondió la llamada después de dudar por un breve momento. Guin preguntó sin rodeos: "Verian, ¿estás trabajando en la empresa de Yanni?".

Verian estaba atónita porque se preguntaba cómo la noticia pudo haberle llegado tan rápido. ¿Podría haber sido Yanni?

"¿Te dijo el presidente Quain?".

Guin ignoró esa pregunta. "No tienes que preocuparte por quién me lo dijo, pero ya que... ¿Podrías no trabajar en la Empresa Yash?".

Por lo general era una tonta, pero, así como su tío le recordó hoy, las pocas veces que Yanni se encontraba con ella eran las veces que Verian podía estar con ella. Además, cuando se encontraron con Verian en el cine, Yanni había dado el primer paso para invitar a Verian a unirse a ellos.

Yanni no se habría enamorado de Verian, ¿verdad?

Cuando Guin pensó en esto, se sintió como un completo desastre, ya que si eso fuera cierto, sería una locura para ella. Su mejor amiga junto con su novio...

¡Guin nunca permitiría que sucedieran cosas así!

Verian frunció el ceño. "¿Por qué? Guinnie, sé que es mi culpa por no decirte esto de antemano pero la Empresa Yash realmente me conviene. Oh, es cierto, originalmente trabajaba como ilustradora pero sentí que una ilustradora era demasiado común aquí. Pensé en ello y empecé a aprender de la fundación de un diseñador de joyas...".

Antes de que pudiera terminar, Guin dijo: "Hay tantas compañías de arte en Ciudad del Norte, ¿por qué debes elegir la Empresa Yash de todos modos?".

Verian se quedó atónita por un momento, pero de alguna manera entendió por qué Guin había hecho tal solicitud. "Guinnie, ¿tienes miedo... de que Yanni Quain y yo...?".

"Aunque no le hicieras nada a Yanni, tú, como esposa de mi tío, deberías evitar esto inicialmente. Todo el mundo en Ciudad del Norte sabe que mi tío tiene una relación tensa con Yanni. Eres su esposa, ¿por qué no te quedas a trabajar en el Grupo Fudd?".

Los ojos llorosos de Verian se oscurecieron. "¿Cómo se enteró de esto?".

El tono de voz de Guin comenzaba a tornarse agresivo. “Verian, pienso en ti como mi mejor amiga y nunca me dices nada. ¿Por qué me ocultaste tu matrimonio con mi tío durante tanto tiempo?

"Guinnie, las cosas no fueron como te imaginabas. Esto es realmente complicado y quería explicártelo...".

"Verian, si realmente eres mi mejor amiga, por favor, no trabajes en la Empresa Yash. No solo me sentiría infeliz si trabajaras en la Empresa Yash, sino que incluso mi tío estaría infeliz de que trabajes con su competidor".

En el instante en que Guin terminó esa declaración, colgó la llamada.

Apretó su teléfono junto a su oreja sin quitarlo mientras estaba aturdida por un buen rato.

Cuando Dan le entregó la tarjeta de empleado, dijo: "Señorita Mont, ¿qué pasa?".

Verian aceptó la etiqueta del empleado y sonrió. "Nada”.