Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 158

“¿Ellos? ¿Hay otros además del Sr. Lucas?” Verian aprovechó la oportunidad para cambiar de tema y preguntó con sus delicadas manos alrededor de su cuello.

Heaton apretó su delgada cintura. “Zander y Jinn se lo inventaron.”

Verian se sonrojó, apretó el puño para luego darle un puñetazo en el hombro y dijo de manera juguetona y disgustada, “¿Por qué me llaman leoncita? ¿Les dices a menudo que tengo mal genio?”

Leones, ¿no eran de los que explotan fácilmente cuando se enojan?

El hombre levantó su mano grande y bien hinchadas para seguir a lo largo del cabello de ella mientras decía en voz baja, “Creo que los cachorros de león son bastante lindos, así que dejé que se dirigieran a ti como tales.”

¿Lindo?

Verian parecía haber descubierto el Nuevo Mundo. Era la primera vez que escuchaba la palabra “lindo” salir de la boca de Heaton. Las raíces de sus orejas se pusieron rojas. “¿Entonces nombraste al cachorro Leoncito a propósito?”

El hombre resopló. “Cuando lo abrazábamos, casi me muerde después de algunas bromas. Si no es un Leoncito, ¿entonces qué es?”

Verian se rió entre dientes. “Entonces este cachorro tiene muchísimo coraje. ¡No tiene miedo de que lo mates!”

“¿No es tan inescrupulosa porque piensa que no le haré nada?”

Cuando él dijo esto, Heaton la miró con ojos ardientes. El corazón de Verian se atascó y la sonrisa en su rostro de repente se puso rígida.

Sus palabras hablaban de un cachorro, pero ¿por qué inexplicablemente lo escuchó hablar de ella?

¿Qué significaba el juego de palabras de Heaton? ¿Ya sospechaba de ella?

Como él no lo había dejado claro, Verian también fingió ser estúpida, agarró su mano mientras ella abría la boca y la presionaba ligeramente contra el dedo de él antes de morderlo. Dejó una hilera de marcas, riendo deliberadamente mientras decía, “Dijiste que soy una Leoncita, ¡claro que tengo muchísimas agallas!”

Heaton miró la ordenada hilera de marcas en sus dedos. Verian pensó que estaba enojado y estaba a punto de inclinar la cabeza para ver su hermoso rostro agachado. Inesperadamente, fue atrapada en sus brazos por él.

Heaton besó sus labios con fiereza.

Verian se sonrojó y su corazón se aceleró. No había ningún lugar donde poner sus delicadas manos. Heaton las agarró y se las puso en el cuello. No fue hasta que los labios de Verian estaban rojos e hinchados por el beso que Heaton la dejó ir.

“¿Por qué me besaste de repente?”

Sus delgados labios aún estaban ligeramente presionados contra los de ella. Los ojos negros del hombre miraron con tristeza sus labios, enrojecidos por el beso, y dijeron con voz ronca, “¿La Leoncita me mordió y yo no puedo morderla?”

¡La cara de Verian se puso roja!

Hablaba con tanta calma como si lo que decía no fueran palabras de amor, entonces, ¿por qué su corazón estalló como el chocolate?

...

Heaton tenía media hora antes de que pudiera salir del trabajo, por lo que Verian se sentó en el sofá junto a él, jugando con su teléfono celular mientras esperaba a Heaton para que pudieran salir del trabajo juntos.

Su celular sonó. Fue una llamada de Yanni. Ella rápidamente colgó y no respondió.

Yanni debió haber llamado para incitarla a robar el chip.

Al pensar en esto, se sintió agitada en su corazón.

Levantó la cabeza para mirar a Heaton, las emociones en su corazón se complicaron.

Si un día Heaton supiera que ella le había estado mintiendo, ¿la odiaría?

Sin embargo, ¿y qué si la odiaba? Ella lo odiaba por obligar a su padre a morir, ¿verdad?

Ella solo podía contar con su corazón hacia él, pero no podía sinceramente darle su corazón.

...

Después de que Heaton salió del trabajo, Verian fue al jardín de infancia con él para recoger a Porotita Dulce antes de regresar a la villa de Bahía de Agua Superficial.

Kush se llevó a Leoncito de la mansión de la familia Fudd. Tan pronto como Porotita Dulce entró a la casa, vio a Leoncito saltando y no se podía mencionar lo feliz que ella estaba. Corrió y jugó con Leoncito en el sofá.

“¡Papá, Leoncito parece estar más delgada! ¡Dejemos a Leoncito aquí y déjalo vivir con nosotros! ¡Cuidaré bien a Leoncito!”

Heaton no tuvo objeciones y respondió suavemente.

Verian Mont se acercó. “Porotita Dulce, ¿te gustan los cachorros?”