Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 278

Verian se apoyó en su hombro. Mientras caminaban, ella intentaba entablar conversación con él.

Sin embargo, Heaton solo permaneció en silencio.

Verian extendió la mano y le pellizcó la cara ligeramente mientras ella preguntaba con curiosidad, "Heaton, ¿por qué me ignoras?".

Heaton no respondió a su pregunta. En cambio, preguntó, "¿Tienes frío?".

Verian negó con la cabeza. "No tengo frío".

Ella extendió su pequeña mano y atrapó algunos copos de nieve. Luego, ella metió maliciosamente su mano helada en el cuello de Heaton.

Verian lo miró con una sonrisa. "¿Tienes frío?".

En cambio, Heaton simplemente la abrazó aún más fuerte. Suavemente, la empujó por la espalda y la cargó con más firmeza. Luego, él respondió cariñosamente, "Necesitas unas nalgadas".

Verian agitó suavemente los copos de nieve sin derretir en su cabello negro. "Heaton, tu cabello realmente se puso blanco".

Todo lo que obtuvo a cambio fue un suave murmullo del hombre.

Verian se inclinó hacia su oído y dijo, "Escuché a la gente decir que aquellos que se les ponía su cabello blanco bajo la primera nieve envejecerán juntos. Sin embargo, a veces me pregunto, ¿me dejarás primero para cuando envejezcamos, ya que eres ocho años mayor que yo? Para entonces, me sentiría muy sola e indefensa".

Heaton dejó de caminar. Se volvió de lado y miró a la mujer que estaba sobre su hombro a través de la nieve que caía a cántaros. Luego, palabra por palabra, dijo, "Nunca te dejaré sola".

Su mirada nunca podría ser más seria.

Verian no escuchó eso ya que su mente divagaba. "Entonces tienes que cumplir tu promesa. De lo contrario, encontraré otro compañero si me dejas primero".

"Si te dejara primero, te llevaré antes de irme".

"Heaton Fudd, eres tan cruel. De repente me arrepiento de haberme casado contigo".

"Eres tan idiota. La gente te intimidará después de que me vaya. Lo hago por tu propio bien".

Verian volvió a apoyarse en su hombro. Ella miró su hermoso rostro y una dulce sonrisa se extendió por su rostro sin saberlo.

Ya eran las 7 p.m. cuando regresaron a Bahía de Agua Superficial. El techo de la casa estaba cubierto con una fina manta blanca.

Verian tomó la iniciativa de preguntar, "¿Tengo que comer Artemisia con huevos esta noche? Me siento un poco somnolienta. Me voy a la cama después de comer y ducharme".

Los ojos de Heaton se oscurecieron un poco. Entonces, él dijo, "Puedes omitirlo por hoy. El doctor dijo que lo estás haciendo bien ahora. Ve a ducharte y descansa un poco".

O era porque Heaton era demasiado bueno para ocultarlo o Verian confiaba demasiado en él, ella no tenía ninguna duda.

"Está bien, no lo comeré entonces. Iré a ducharme ahora".

"Mm".

Verian se fue a la cama inmediatamente después de que ella saliera de la ducha mientras Heaton regresaba al trabajo en su sala de estudio. Poco después de acostarse, cayó en un sueño profundo.

Heaton llamó a Kush en la sala de estudio.

"Prográmala para un aborto quirúrgico esta semana".

Después de colgar el teléfono, se paró frente a las ventanas francesas, mirando los copos de nieve que caían del cielo. Sus ojos estaban helados y llenos de gran dolor.

Vagamente, Verian escuchó a Heaton llamarla.

"Nena, nena".

Verian frunció el ceño. Sintió que algo le hacía cosquillas en la cara. Ella extendió su mano para apartar la cara de esa persona. Luego, murmuró, "Mm, deja de jugar. Quiero dormir".

Los delgados labios del hombre cayeron sobre sus mejillas, luego se movieron hacia sus labios.

Ella fue sofocada por su beso e inmediatamente, sus ojos se abrieron de golpe.

"Mm".

Ella extendió su mano y lo apartó.

Los ojos del hombre eran cálidos y gentiles. La miró fijamente y sonrió. "Buenos días".

Los escalofríos recorrieron la columna vertebral de Verian y se le puso la piel de gallina.