Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 728

Después de que Wilson se levantara, le dio una palmadita en el hombro a Ruby y le dijo, "El director quiere verte, así que acuérdate de ir para allá".

Ruby asintió. Después de que Wilson abandonara el campo de entrenamiento, se limpió la cara con las manos antes de levantarse para dirigirse al despacho del director.

En el despacho del director.

"¿Me buscaba, director?".

Stephen había preparado un té caro. Estaba dando pequeños sorbos antes de decir con calma, "¿Sabes que Frost Blade ya está en camino para salvarte?".

Ruby se quedó sorprendida, mientras se pellizcaba los muslos con los dedos y sacudía la cabeza con una mirada neutra y respondía, "No, no lo sabía".

"Ruby, bien hecho con tu misión. Resulta que esta es la primera misión importante que llevas a cabo por tu cuenta después de alcanzar la mayoría de edad. Soy el amo de todos y eso me convierte en una figura paterna para ti. Oh, cómo has crecido Ruby. Estoy orgulloso de ti como tu amo".

Ruby arrugó los labios antes de mirar fijamente a Stephen y decir, "Ya que eres nuestra figura paterna y amo, ¿cómo pudiste usarme como carnada?".

Habló en un tono muy claro e interrogativo.

Su mirada era penetrante y crítica.

Stephen se encontró con su mirada mientras se detenía sosteniendo la tetera. Tras un breve momento de silencio, sonrió misteriosamente mientras vertía el té hirviendo en su taza, con el vapor de agua caliente saliendo de ella.

"¿Estás cuestionando a tu amo, Ruby? ¿Crees que es injusto que yo, tu amo, te obligara a hacer eso?".

Ruby se mordió los labios mientras respondía, con una mirada decidida, "No me atrevería a pensarlo".

Sin embargo, apretó más los puños al decir eso.

Stephen tenía un talento excepcional para leer las intenciones y los pensamientos de la gente. Entendía claramente lo que Ruby estaba pensando y cómo se sentía.

"Ruby, antes de enviarte al País R, te dije explícitamente que podías hacer lo que quisieras, excepto desarrollar cualquier apego o sentimiento. Ahora has desarrollado sentimientos por Frost Blade, ¿no es así?".

"No", contestó ella sin dudar. Sin embargo, a Stephen no sólo no le convencía su respuesta, sino que ni siquiera fue capaz de convencerse a sí misma.

De cualquier manera, si ella pudiera controlar sus sentimientos ya no serían reales.

Una persona podía controlar sus pensamientos y su capacidad mental hasta cierto punto, pero sus propios sentimientos estaban fuera de su control.

"Espera a que resuelva mis negociaciones con Frost Blade. Después de eso, todo el Monte Quinn, el territorio que siempre me has pedido, será tuyo. Esta será la compensación por tu misión".

...

Ruby daba vueltas en la cama sin poder dormir en medio de la noche. Por lo tanto, decidió ponerse la chaqueta, levantarse y dar un paseo por la base de operaciones de la Organización de la Luz.

Esa noche había luna llena y el cielo nocturno estaba iluminado por un montón de estrellas brillantes.

Sin embargo, no estaba de humor para disfrutar de esa hermosa noche.

Wilson se acercó a ella con dos latas de cerveza en las manos antes de sentarse a su lado. Le entregó una de las latas y habló con una risita, "Parece que tu humor no es tan malo si todavía eres capaz de venir aquí a ver la luna".

Ruby abrió la lengüeta mientras la espuma rebosaba de la parte superior de la lata. Inclinó la cabeza hacia atrás y bebió un trago, antes de decir, "Hoy hablé con el director".

"Me enteré".

"¿Soy revoltosa?".

Dos de la mañana.

En la sala de reuniones del domicilio del director.

Stephen y Blaine estaban sentados en los extremos opuestos de la larga mesa de reuniones. Se miraban fijamente mientras hablaban.

Como Stephen tenía claramente la ventaja, habló en un tono muy tranquilo, "Nunca esperé que el director de la Organización Oscura, el despiadado asesino Frost Blade, vendría a la base de la Organización de la Luz solo por una mujer. Es un acto realmente admirable".

Como Blaine sabía que vendría aquí no vino sin preparación. Conocía demasiado bien a Stephen y le dijo, "Déjate de rodeos. Quiero verla".

"¿Está seguro de que quiere verla, Director Glaceau? Me preocupa que pueda sentirse decepcionado con sus sentimientos después de saber la verdad".

Blaine apretó los puños por debajo de la mesa. Su propósito allí ese día, era ver por sí mismo la clase de mujer a la que había entregado su corazón.

"Si no me deja verla, puede seguir soñando con conseguir lo que quiere, Director Stephen".

Stephen asintió y aplaudió antes de decir, "Sal, Ruby".

Blaine levantó los ojos y la miró. Vio a una mujer vestida con un abrigo de cuero negro. Su cara era muy parecida a la de su Blandita. Sin embargo, su temperamento era completamente diferente. Se sentía como una extraña para él.

Aunque su Blandita parecía fría siempre que no hablaba, sus ojos traviesos estaban llenos de una sutil alegría, como si una galaxia de estrellas dispersas estuviera contenida en ellos. Sus ojos solían ser brillantes y claros.

Aunque la mujer que tenía frente a él tenía el mismo rostro hermoso, su mirada se sentía fría cuando lo miraba.

El aura que emanaba de cada centímetro de su cuerpo era exactamente igual a la que debería tener una milicia privada bien entrenada.

Aunque su Blandita era más madura, decidida, independiente e inteligente que otras mujeres cercanas a su edad, también tenía un lado infantil siempre que estaba en su presencia. Ese lado de ella era más coqueto y dependiente de él y también estaba más enamorada de él cuando estaba así.