Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 774

En Ciudad Glaciar, País R.

"¿Cómo estuvo? ¿Encontraste a la Sra. Ruby?".

"Aún no. Solo logramos encontrar el coche que tomó la Sra. Ruby de camino al aeropuerto, que fue descartado. Lo encontramos en una planta de reciclaje".

El Viejo K había enviado grupos de personas a buscar a Ruby, pero fue en vano.

"Sigue buscándola. ¡Tienen que encontrar a la Sra. Ruby!".

"Sí".

El Viejo K estaba preocupado. Habían pasado dos días, pero no había noticias sobre el paradero de Ruby. ¿Y si algo malo le hubiese sucedido realmente a Ruby en Ciudad Glaciar? ¿Cómo se lo iba a explicar al Amo Blaine?

...

En la Frontera Occidental.

Blaine llamaba a Ruby cada dos días. No lo hacía todos los días porque ella mencionó que eso se sentía más como una vigilancia de su parte, a que realmente estuviera preocupado por ella o la extrañara.

Blaine no era el tipo de novio apegado. Por lo tanto, no le importaba hablar por teléfono cada dos días.

Sin embargo, no pudo comunicarse con ella incluso después de llamarla varias veces esa semana.

Él tenía una leve sensación de que algo andaba mal.

El teléfono de Blaine sonó mientras estaba en sus pensamientos profundos. Era el Viejo K.

Él contestó el teléfono.

"Viejo K, ¿qué pasa?".

"Amo Blaine... puede que algo malo le haya sucedido a la Sra. Ruby".

...

Blaine se apuró para regresar a Ciudad Glaciar en medio de la noche.

Fue directamente a la Mansión Glaceau en lugar de ir a la Mansión Kingswood, tan pronto como llegó.

Él irrumpió en la casa con una mirada asesina.

Blade estaba a punto de irse a la cama, en ese momento. Él frunció el ceño al escuchar un movimiento afuera. Con sus pijamas, salió de su habitación y le preguntó al mayordomo, "¿Qué sucede?".

"Viejo amo, el joven amo ha regresado".

El ceño de Blade se profundizó y dijo, "Se supone que debe estar en la frontera. ¿Por qué volvió de repente?".

"No… no estoy seguro del por qué".

Blaine entró a la casa tan pronto como el mayordomo terminó de hablar. La casa estaba llena de un aura hostil y maligna.

"Algo le pasó a Blandita. ¿Estás detrás de esto?".

Blade parecía solemne como de costumbre. Él dijo en un tono frío y brusco, "Entras irrumpiendo en la casa, descargando tu temperamento y cuestionándome tan pronto como regresas. ¿Siquiera te dieron permiso para salir de la frontera?".

Blaine le preguntó de nuevo, "¿Te sientes culpable o estás evitando mi pregunta?".

"Blaine, ¿cómo puedes hablarle a tu padre de esa manera?".

La mirada de Blaine nunca abandonó el rostro de Blade cuando dijo, "¡Responde mi pregunta! ¿Estás detrás de la desaparición de Blandita?".

Blade estaba furioso. Sus manos detrás de él se cerraron en un puño apretado mientras respondía con desdén, "¿Cómo puedes dejar tu puesto sin permiso solo por una mujer? ¡Blaine, estás loco!".

Sus ojos estaban llenos de ira. Él estaba extremadamente decepcionado de su hijo.

La tensión entre padre e hijo se hizo más fuerte.

El mayordomo no pudo evitar decirle a Blaine, "Joven Amo, realmente entendió mal al Viejo Amo. Es cierto que la Sra. Blandita vino a la Mansión Glaceau hace dos días, pero...".

Blade interrumpió al mayordomo antes de que pudiera terminar su oración. Él le gritó, "¡Caleb!".

Él le estaba indicando al mayordomo que se callara.

“¿Por qué estaba Blandita aquí? ¿Enviaste a alguien para secuestrarla a Ciudad Glaciar?".

Blade le dio la espalda a su hijo. Respiró hondo y trató de calmar su ira. Frunciendo el ceño, él dijo, "Yo no la secuestré. ¡Envié a mi hombre a invitarla aquí y ella vino a verme de buena gana!".

Blaine le dio una sonrisa burlona y dijo, "¿Qué diferencia hace eso?".

“¡Blaine Glaceau! Si ha terminado de hacer tu berrinche, ¡ve a poner tu trasero de regreso a la frontera!".

La sangre de Blade estaba hirviendo. El padre y el hijo de repente se estaban cuadrando para pelear.

Blaine sacó su arma y le apuntó a Blade.

Un crujido sonó a través de la habitación cuando Blade golpeó un archivo en su mesa. "¡Qué desperdicio para mí criarlo! ¡Él repudió a su propia familia por una mujer! ¿Qué pasaría si realmente hubiese lastimado a esa chica? Viejo Caleb, ¿crees que todo terminaría después de que me hubiese disparado con su arma, esta noche?".

El viejo Caleb contuvo la risa y dijo, "Eso no estaría bien".

"¿No? ¡Apuesto a que ese será el caso!".

Cuanto más hablaba, más se enojaba.

"¡Olvídalo! ¡No hablemos de él! Él no es mi hijo. ¡Debo haber quedado en deuda durante mi vida pasada!".

El viejo Caleb no pudo resistirse en preguntar, "El joven amo dejó su puesto sin permiso y regresó a Ciudad Glaciar. Creo que el gabinete se volverá loco mañana".

Con una cara seria, Blade estaba enojado, pero no podía hacer nada. "Él realmente me está irritando. ¡Ahora tengo que ayudarlo a limpiar su desorden! ¡Él tuvo que haberse ido del País R con esa mujer! ¡Entonces tendría una cosa menos de la que preocuparme!".

La sangre es más espesa que el agua.

El viejo Caleb dijo en un tono cálido, "Si el joven amo realmente se hubiese ido, es posible que solo lo viese una o dos veces al año. ¿No lo extrañaría?".

Blade frunció el ceño y dijo en un tono frío, "¿Por qué lo extrañaría? ¿Extrañarlo por pelear conmigo todo el tiempo?".

Él era terco.

El viejo Caleb se rió y sacudió la cabeza.

...

Blaine iba de regreso a la Mansión Kingswood.

El Viejo K conducía mientras Blaine estaba sentado en el asiento trasero. Su rostro estaba frío como el hielo y sin emociones.

"Amo Blaine, en realidad es algo bueno que no sepamos el paradero de la Sra. Ruby por ahora".

Blaine bajó la cabeza. Descansó las manos en las piernas y apretó los dedos. Sus nudillos se pusieron blancos.

La luz del coche era demasiado tenue. El Viejo K no pudo ver la expresión de su rostro agachado.

Solo podía escuchar la voz ronca y profunda de Blaine llamándolo. Era como si se estuviera desmoronando. "Viejo K".

"¿Sí? ¿Qué sucede, Amo Blaine?".

"¿Sabes algo? De repente me di cuenta de que no le tengo miedo a nada en mi camino de regreso a Ciudad Glaciar. Ni siquiera tengo miedo de perder mi posición como líder, pero temo perder a Blandita. No podré vivir el resto de mi vida sin ella".